NO VOY a ocultar que soy seguidor del Real Madrid (como toda persona de bien) y que como aficionado madridista estoy más que acostumbrado a que todos y cada uno de los títulos que gana el Madrid sean minusvalorados: que si goles en el 93, que si el contrario no tuvo su día, que si fue gol pero estuvo mal, que si esta Liga, la número 33, se ganó porque el Barcelona no tenía lateral derecho, que no se sabe a qué juegan… También estoy acostumbrado a leer y escuchar que el entrenador bueno es aquel que estuvo o el que se va a fichar, nunca el que está. Y, cómo no, también estoy cansado de a oir y leer que fulanito no debería jugar, que el bueno es menganito. Un menganito que siempre es español, no como fulanito. Casualidades de la vida. Y a pesar de creer que estaba curado de espantos, asisto asombrado a que se nos quiera vender que este último título de Liga el Real lo ganó gracias a Isco, que, por supuesto, es mejor que Bale. Obsérvese que Isco es español y Bale no. Casualidades de la vida. Ni siquiera es la Liga de Zidane, pues tuvo que poner a Isco obligado por la lesión del galés. No, es la de Isco, que juega en un equipo con Cristiano, Benzema, Kroos, Modric, Bale, Sergio Ramos… Una panda de ‘mataos’, vaya. Ahora esperan unos días de palos a Gareth Bale, no vaya ser que llegue a tiempo de jugar. Un compañero siempre defendía que para mayor tranquilidad del Real Madrid no debería haber ni un solo jugador español. Y cada día estoy más convencido de que tiene toda la razón.
