Opinión

'Kamikazes on the road'

LA DE un conductor que siembra el caos en sentido contrario es una secuencia que se viene repitiendo con una aisiduidad preocupante en las carreteras gallegas. Son los llamados kamikazes. A veces no causan más que un susto pero otras dejan tras ellos un negro reguero de muerte. Fue lo que sucedió el pasado septiembre en Rianxo, cuando uno de estos conductores segó las vidas de una pareja de treintañeros que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino. Simplemente estaban en el lugar equivocado a la hora equivocada. Ojalá nunca nos encontremos con uno de estos kamikazes de frente, porque lo único que nos queda es pegar un volantazo y rezar. Pocas opciones hay de sobrevivir a un impacto frontal en autovía o autopista, donde se suelen 'colar' habitualmente estos conductores, algunas veces de forma intencionada y otras por error. Para estas últimas, que son mayoría, el término kamikaze no es el más apropiado. Porque más que temerarios suelen ser personas mayores a las que sus reflejos, mermados, les juegan una mala pasada.  Por eso la DGT ya ha anunciado que endurecerá los psicotécnicos en la tercera edad. Tampoco vendría mal mejorar algunas señalizaciones. Todo lo que sea posible para intentar frenar una epidemia que azota una comunidad tradicionalmente castigada por los accidentes de tráfico como Galicia.

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