Opinión

La última en el Maycar

Pintada en la entrada del Maycar. EP
photo_camera Pintada en la entrada del Maycar. EP
Haciendo números por si abren las terrazas, la hostelería nocturna parece tan lejana como aquel último cubata en un pub, del que probablemente la mitad se derramó. Y es como si el otro medio, veleno puro, nos fundiese a negro y despertásemos un año después sin recordar lo que eran las distancias cortas, las sonrisas y usar los toques de brazo solo para abrirnos paso hacia la barra. En Santiago, un nostálgico pintó en la entrada del Maycar: "Nos han cerrado los antros". El garito no era el más bonito, el más amplio ni el más limpio, pero por esa puerta que hoy languidece bajo la lluvia pasaron generaciones enteras de estudiantes que, además de en sus carreras, se titularon en charlas, risas y amor. En la vida.

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