Opinión

Jet Lag

SE VA octubre pero nos deja un cambio de hora que oscurece un poco más, si cabe, nuestra rutina diaria.

Es evidente que una gran cantidad de personas creen que este cambio hacia el ahorro energético no sirve para nada. La medida se justifica por la supuesta cantidad de dinero que “nos ahorramos” (sobre unos 6 euros por familia). Sin embargo, autores como Xavier Sala aseguran que, por muy descabellado que parezca, el consumo de energía se incrementa. Llegados a este punto de debate, sólo podemos especular y creernos la versión oficial para no alterar en demasía nuestra cabeza. Lo que sí es innegable son las malas consecuencias que este cambio trae consigo. Por si usted no lo sabe, aclarar que el cambio de hora se lleva a cabo en fin de semana no por una pura elección sin sentido, sino que se escoge ese intervalo de tiempo porque el cuerpo necesita al menos dos días para asimilar el tránsito, algo que perjudicaría al rendimiento laboral si se produjese entre semana.

En algunos casos, y según ciertos estudios, la dificultad para asimilar esta transición horaria es únicamente de carácter psicológico. En principio el cerebro nota mediante la retina que hay un cambio en el horario, por la cantidad de luz que llega, y la asimilación normal tardaría un par de días, como mucho una semana. Aun así, algunas personas, sobre todo las mayores y las que padecen algún tipo de dificultad nerviosa, tienen más aprieto a la hora de asimilar este regateo de 60 minutos. El cerebro que percibe la alteración de la llegada de luz se pone en contacto con el hipotálamo, esto produce una subida y bajada de las hormonas y de la melatonina, algo que afecta al sueño. En ocasiones, también afecta a la serotonina y produce alteraciones en el estado de ánimo.

Para otras personas el observar como a muy temprana hora de la tarde el sol desaparece les estimula una profunda tristeza, algo que repercute en las funciones cerebrales y físicas. Lentamente el cuerpo se va habituando al cambio de hora pero, como muchos expertos explican, este tránsito supone un duro esfuerzo. Más curioso es saber que este proceso origina efectos sutiles en las tasas de criminalidad. En Suecia, por ejemplo, se ha demostrado que hay un aumento en el número de infartos de miocardio en los tres días siguientes al cambio horario debido, sobre todo, a la alteración del sueño.

A la vista de todo esto, no estaría de más que alguien llevara a cabo un estudio serio que nos aclarare si estamos tirando el dinero y la salud a la basura.

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