Opinión

¿Followers de verdad o 'de pega'?

Cuando hace ya unos cuantos años me propusieron crear un blog, tengo que reconocer que no me sedujo del todo la idea y nunca se me había pasado por la cabeza tal iniciativa. Era un momento en el que esta variante periodística recibía cierto respeto y credibilidad. Grandes periodistas, columnistas y profesionales reconocidos tenían el suyo. Era una prolongación de su trabajo y, con este argumento, es como me convencieron que no era mala idea que empezase a escribir uno con sello propio. La iniciativa venía del estilista Víctor Blanco e iba a ir alojado en la web de la Valencia Fashion Week

Acepté la aventura con la condición de que escribiría sobre lo que yo considerara y que no aceptaría imposiciones de ninguna marca, firma o entidad. Si me apetecía promocionar un perfume, por ejemplo, era porque me gustaba, no porque me lo regalaran a cambio de publicidad. Quería que, al igual que otros compañeros, el blog sirviese de vehículo para escribir sobre historias que no tenían cabida en mi medio habitual. Y con esa idea comenzó A MI MANERA, que se llama así en parte porque siempre hago las cosas según mi juicio, acertado o no. 

Tengo que reconocer que la travesía ha sido muy enriquecedora. Ha habido momentos complicados, como ocurre con todo lo que empieza, y otros productívamente muy alentadores. Formo parte de una profesión en la que, si no estás en televisión o muy a la vista, parece que no existes. Eso ralentiza mucho más la suma de lectores pero, cuando los vas logrando, saboreas el número con mayor felicidad porque sabes que los has ganado porque les interesa lo que cuentas y, con el tiempo, se van a convertir en incondicionales. 

Yo fui una chica de redes sociales tardía. Cuando me convencieron que para mi trabajo sería una buena inversión, me dispuse a probar. Primero fue Twitter, luego Facebook Instagram. Tres conceptos muy distintos de tratamiento pero, utilizados con cabeza y seriedad, podrían llegar a convertirse en unos buenos aliados. Y así ha sido. Al igual que ocurrió en el blog, los seguidores en estas redes los he ido recibiendo a cuentagotas. Nunca me ha obsesionado coleccionar followers, pero la fuerza de estos medios se ha convertido en algo tan desmedido y determinante, que ahora vales en función de los seguidores que tienes en redes.

Es desalentador comprobar que un concursante de reality o un@ blogger de moda, que solo promociona lo que le regalan e, incluso, le escriben los textos de sus post, deja en mera anécdota los followers que pueda tener un profesional reconocido en diferentes campos. Muchas veces nos hemos preguntado cómo es posible que gente sin oficio ni beneficio tenga esas cifras astronómicas de seguidores.

La mayoría los compran. Hay empresas que se dedican a eso. No me parece ilegítimo, cada uno administra su dinero como quiere y se engaña como le apetece. Lo lamentable es que las empresas, distribuidoras de cine, firmas de élite se creen esas cifras y apoyan a los recién llegados en detrimento de los profesionales reconocidos de siempre. Sin duda alguna, la veteranía va perdiendo enteros. La batalla la gana el "tanto tienes, tanto vales". Veremos si consigue también ganar la guerra.

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