Opinión

Siempre me quedará...

...San Sebastián. Adoro esta ciudad. Me ha fascinado desde la primera vez que la visité. Me gusta su gastronomía, sus gentes, su ambiente en el casco viejo, su entorno. En definitiva, su belleza en el sentido más amplio de la palabra.

Conocí Donosti en mi época de universitaria, pero la descubrí realmente al asistir, año tras año, a su festival internacional de cine. Viví sus momentos de esplendor, cuando los grandes de Hollywood invadían sus calles y restaurantes y, también, las épocas menos brillantes, en las que cayó en un ostracismo inmerecido. De nuevo, hace años que ha vuelto a renacer y ha retornado al glamour y a unos premios Donostia con verdaderas señas de identidad.

Estoy aquí de nuevo. Me gusta viajar al norte en coche o en tren, porque la sensación de empezar a ver cómo cambia el árido paisaje castellano al verde de esta zona es impagable. Y ya no te digo nada cuando empiezas a oler a mar. Eso ya es tocar el cielo con la punta de los dedos.

Esta 66 edición del festival se presenta animada. Hay expectación por los nombres y las propuestas que van a ofrecerse. Algunas ya han pasado por Venecia y Toronto, pero poco parece importar. Ryan Gosling, Bradley Cooper, Alfonso Cuarón, José Coronado, Ricardo Darín, Antonio de la Torre, Paco León, los premios Donostia de este año, Danny de Vito y Judi Dench, solo son algunos de los rostros que pisarán las diferentes alfombras rojas. Eso sin contar con otros muchos vips que acuden como invitados de postín.

El hotel María Cristina es el centro de reunión por excelencia para la gente del cine. En sus pasillos y salones se mezclan los actores y actrices más deseados y cotizados con quienes les admiran y esperan durante horas, a la entrada del hotel, para simplemente verles. Si ya les firman, saludan o se hacen fotos con ellos es para no conciliar el sueño.

Asomarte a la terraza de ese lugar emblemático o a alguno de sus balcones, amanecer con el Teatro Victoria Eugenia al frente, el Kursaal (sede del festival) y el río Urumea , es todo un privilegio para la vista. No me olvido de muchos momentos vividos desde esta perspectiva. Recuerdo el día en el que la ciudad se "tiró a la calle" para vitorear a Richard Gere. Era tal la fascinación que despertó el antaño "oficial y caballero", que el actor tardó cerca de una hora en recorrer los apenas 50 metros que hay desde el hotel al teatro.

Fue algo que no se había visto nunca antes con ninguna celebrity de la gran pantalla y que todavía recuerdan muchos cuando hablamos de momentos para el recuerdo. Como también el de Hugh Jackman cuando se fue a nadar, a las seis de la mañana, y decidió descubrir la ciudad en bicicleta, ante la atónita mirada de quien se cruzaba a su paso. No sabían si era una "fotocopia" del australiano o realmente el auténtico "Lobezno". Actitudes que les hacen más cercanos y que ayudan a que, entre otras cosas, siempre me quede...

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