Opinión

El colegio Sagrado Corazón de Placeres

EN MAYO de 1914 fallecía en Madrid el prestigioso político Eugenio Montero Rios. Eran momentos en los que el Gran Hotel de Placeres que él había promovido perdía importancia y esplendor. Aquella magna edificación, inaugurada en 1902 diseñada por el arquitecto Santiago M. Hernández y construida por el contratista Benito Corbal Estévez, encontraria un nuevo destino al convertirse en lo que hoy conocemos como colegio Sagrado Corazón de Placeres.

Fue a finales del verano del año en el que se produjo el fallecimiento del mencionado político cuando, -según relata una crónica del semanario Marín- encontrándose en la villa marinense el ciudadano portugués vizconde de Velha, Francisco Saraiva y su esposa Carmen Paula Munáiz (que veraneaban en su finca hoy mal llamada de Briz) gestionan con la familia Montero Rios la instalación en el Gran Hotel de un colegio para los PP Jesuitas portugueses, el cual es inaugurado a finales de 1914 bajo el nombre de Instituto Nuno Alves.

Unos años después los jesuitas abandonan las instalaciones del Gran Hotel y éstas son donadas por los hijos de Montero Rios a las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús que llegaron a Galicia tras el deseo manifestado a principios del siglo XX por la «Madre Digby, una de las sucesoras de Santa Magdalena Sofía (quien fundó en Francia en 1900 de la Orden de la Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús), que en uno de sus viajes a España se detuvo ante un mapa, e indicando con el dedo hacia Finisterre comentó: Aquí, a Galicia, tenemos que ir»; según se cita en la página web del colegio. La donación se efectuó el 11 de febrero de 1918, festividad de la Virgen de Lourdes, a condición de que se estableciese un colegio destinado a la enseñanza y educación de la mujer y especialmente y de manera gratuita, incluida manutención, de las hijas de las familias de la parroquia de San Andrés de Lourizán.

Su inauguración tuvo lugar el 7 de octubre del año 1918 y supuso todo un acontecimiento social y religioso del que dieron cuenta los periódicos de la época y contó con la presencia de doce hermanas de la congregación al frente de las cuales estaba como superiora sor Dolores Dorda quienes iniciaron el curso el 2 de diciembre con 25 niñas. El pensionado comenzaría meses después. En los años que siguieron a su inauguración las monjas fueron adquiriendo autorización de la administración para ocupar terrenos en la zona marítimo-terrestre de Placeres con el objeto de ampliar el colegio con jardines, zona para deportes y recreo, edificios anexos, etc, así como la Capilla que fue costeada por la pontevedresa Isabel García, Vda. de Saez Díez.

Desde entonces, el colegio Sagrado Corazón de Jesús de Placeres se ha ido adaptando a las diferentes etapas educativas siendo en la actualidad uno de los centros educativos más relevantes de la provincia en el que se imparte Educación Especial, Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria.

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