Opinión

El Puente sobre el Lameiriña (II)

EN ESTA segunda entrega de la historia del Puente sobre el río Lameiriña haremos un recorrido sobre los distintos nombres –y otras anécdotas– que tuvo y que fueron cambiando en diversas ocasiones debido a las circunstancias políticas imperantes en cada momento. 

El primer nombre que recibió fue el de Puente del Regente. Así fue bautizado en su inauguración (año 1842) en honor a Espartero (regente del Reino de España durante la minoría de edad de Isabel II). Poco había de durar aquel nombre pues tres años después el jefe político de la provincia de Pontevedra ordena colocar una placa con una nueva inscripción: "A S.M. la reina Isabel II de Borbón. 1845". Este nombre perduraría durante más de veinte años en los que se conocería como Puente de la Reina hasta que tras la Revolución de septiembre de 1868 el ayuntamiento revolucionario de Marín, siendo alcalde Evaristo Vázquez Limases (sic) acuerda que se le ponga una nueva placa con esta inscripción: "A la Libertad. Alzamiento Nacional". A partir de aquella fecha sería el Puente de la Libertad. Con la restauración en 1875 de la monarquía de Alfonso VII vuelve a cambiarse su denominación por la de simplemente el Puente de Marín, renombrado popularmente como el Puente sobre o Lameiriña. En 1936 con motivo de la Guerra Civil la placa a la Libertad fue retirada y escondida en un lugar desconocido. Durante los años 70 es localizada en unas obras realizadas en el Grupo Escolar y colocada en uno de los jardines del Concello. Y allí sigue. 

Pero si variados fueron sus nombres, variados fueron algunos acontecimientos que gracias al susodicho viaducto se produjeron en Marín, como nos recuerda Julio Pazos Gómez en uno de sus trabajos sobre la historia de la villa marinense. 

A saber: En 1867 se instala por vez primera, y a petición del vecindario, el alumbrado público consistente en quince faroles de petróleo instalándose una de aquellas luminarias en el puente como símbolo de aquel siglo al que se dio en llamar el Siglo de las Luces. Para continuar la carretera de enlace entre Marín y Bueu hubo de imponerse un arbitrio sobre aguardientes y licores. Se hace la primera conducción de agua sobre el puente para la fuente pública de la villa proyectada por Alejando Sesmeros en 1883 siendo alcalde Francisco González Garay. Sería inaugurada en 1889 en la hoy calle del Puente (anteriormente rúa de Francisco Bastarreche). La conducción del agua se ampliaría años después hasta la iglesia vieja para surtir a una fuente instalada en sus inmediaciones. 

Con el paso de los años y a consecuencia de los rellenos para apertura de nuevas calles el puente más antiguo de Marín queda oculto, como si no existiese. "Escondido entre edificios y un río por el que baja de todo, pasa inadvertido para la mayoría de los vecinos y para los miles de conductores que transitan por encima de él todos los días..." (Marcos Gago. LVdG).

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