Opinión

Gabi, redoble de baquetas y rasgueo de guitarra

SI VIVIESE tendría hoy cien años. Por eso no me resisto a traer a este rincón en su centenario un recuerdo para el popular músico marinense Gabriel Gabi García Costas. De niño le decían ‘eres feito como un repolo’ de ahí el ‘alias’ Repoliño, nombre artístico que haría sombra al de Gabi y con el que se le recuerda aún hoy en día.

Nació en Marín en el 1915. Hijo de Antonio García Omil de Ardán (‘Pirigallo’) y de Consuelo Costas Quiroga de Mogor. A sus doce años su madre lo ‘alistó’ como tambor en la Banda de los Exploradores donde bajo las enseñanzas del director Juan Serrano comenzó a practicarse en ‘la caja’. Formó parte de la Banda de Música Popular de Marín dirigida por Agustín Sánchez. A ésta seguirían otras bandas como la que en 1949 sufrió un accidente ferroviario en donde perdería una pierna y en el que fallecía además el director Sampablo. También ‘militó’ en la última banda que tuvo Marín dirigida por el maestro Landín Pazos.

Pero la verdadera actuación artística de Gabi sería en las orquestas como batería y percusionista. Era el ‘hombre del ritmo’. Dicen los entendidos que “causaba furor por la forma en que manejaba la batería y las baquetas a las que hacía volar.” Fue un autodidacta de la música. Quienes seguían sus actuaciones daban en llamarle ‘maestro’ por sus dotes musicales no solo en la batería sino además en otros instrumentos, especialmente la guitarra, cuyo dominio lo hacía imprescindible en las rondallas de la época. También tocaba la armónica y el acordeón. Fue componente de la ‘Rondalla de Marín’ bajo la dirección de Vinteño y de otras dirigidas por Molas su gran amigo y compañero, con quien a finales de los setenta, y junto con Manuel Guimeráns ‘Cañón’, formaría ‘Los Tunantes’.

De grato recuerdo es el reconocimiento que en el año 1978 le rindieron los músicos de la provincia con un festival en el añorado baile El Vergel cuya recaudación fue destinada a la compra de una pierna ortopédica. Otro de los homenajes a destacar es el que le organizó la concejalía de Cultura del Concello de Marín (1991) por su colaboración como director de la ‘Banda do Enterro da Sardiña’. De su trayectoria profesional destaca haber formado parte de numerosas orquestas y curiosamente de la que acompañaba las actuaciones de Antonio Machín en Pontevedra. Y de grato recuerdo también los grupos musicales promovidos con el popular acordeonista ‘Xiraldo’, como ‘Los Capris’, ‘Gran Universo’, y otros en los que participó como componente en los últimos años de su actividad. Músicos de su época dicen de él: “Gaby era batería, guitarra, humor, e intérprete de la música que aún recordamos: el bolero, el tango, la rumba... Era el redoble de baquetas, rasgueo de guitarra...”

Gabi murió a los 83 años de edad después de alegrar a los demás durante años con su guitarra, su gracia y sus canciones.

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