Opinión

La iglesia de la Virxe dos Praceres

EL MIÉRCOLES día 10 se cumple el 130 aniversario de la colocación de la primera piedra de la iglesia de Placeres. Fue el 10 de mayo de 1887 cuando tuvo lugar el evento que, aunque indirectamente, forma parte de la historia de Marín, por la unión geográfica que en aquella época mantenían entre sí el turístico lugar de Placeres y la villa marinense.

Transcurría la década de los ochenta del siglo XIX cuando el cura de la parroquia, Marcial Sineiro, ante el deterioro que sufría la antigua iglesia parroquial, acude al Ayuntamiento de Pontevedra y al arzobispo de Santiago pidiendo ayuda para la construcción de un nuevo templo, petición que se vio frustrada por falta de medios económicos.

El citado cura apoyado por la vecindad no se da por vencido y recurre al político Eugenio Montero Rios (diputado en Cortes) para que mediase entre la parroquia y el Ministerio de Gracia y Justicia (del que fue ministro) para la aprobación con cargo al Estado de la demandada necesidad. Montero Ríos no solo complace la petición, sino que dona parte de unos terrenos de su propiedad -que había adquirido cercanos al arenal- e interviene ante el ministerio a instancias de la parroquia. Se redacta un proyecto a tal fin, cuya autoría se encomienda al arquitecto Alejandro Sesmeros y se adjudican las obras al contratista Inocencio García por un importe superior a las 72.000 pesetas de entonces; todo ello según se recoge en la prensa del momento.

Como decía al principio la primera piedra se colocó en un acto de gran solemnidad hace ahora ciento treinta años rematándose las obras dieciocho meses después. Antes de su inauguración el arquitecto describía la construcción del nuevo templo -Diario de Pontevedra de 19 de noviembre de 1888- y entre otros detalles destacaba: "La iglesia tiene forma de cruz latina; es de estilo gótico ojival construida en piedra de granito; su torre está a una altura de 33 metros; su ornamentación interior es gótica y forman parte de las mismas tres blancas lápidas de mármol con inscripciones dedicadas al reinado de Alfonso XIII época en el que se erigió el templo; al presidente del Consejo de Ministros, Práxedes Mateo Sagasta y al ilustre y buen gallego Eugenio Montero Rios reconociendo que la obra se debe a su iniciativa y protección".

Los restos mortales del político y benefactor a quien se debe tal logro, Eugenio Montero Rios (fallecido en 1914), y los de su esposa, Avelina Villegas Budiños (fallecida en 1923) están depositados en un panteón existente en el interior de la iglesia, cercano al altar de la Virgen de Quitapesares (en la actualidad Nosa Señora Virxe dos Praceres) -"imagen rodeada de rayos de sol, con una corona de estrellas y, a los pies, la luna"-que fue rescatada de un antigua ermita existente en el lugar do Cabo- "y a la que se le atribuye el milagro de librar a Pontevedra de la invasión del corsario inglés Francis Drake".

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