Opinión

Marín, el Fuerte de San Fernando

El próximo sábado día 15 se celebra la tradicional Festa Corsaria (este año de manera atípica debido a las medidas Covid-19) con la que se rememoran las hazañas del capitán corsario marinense Juan Gago de Mendoza (señor de Chilreu-Aguete), personaje que pasaría a la historia como navegante con patente de corso y líder de las Alarmas do Morrazo, que lucharon por la liberación de la villa marinense tomando el Fuerte de San Fernando, en manos de las huestes francesas; gloriosa gesta que tuvo lugar el 4 de abril de 1809.

Son muchos los historiadores que describen el Fuerte o Castillo de San Fernando de Marín en sus referencias históricas relacionadas con la lucha contra la invasión de Galicia por la tropas de Napoleón. Tomando como base datos recogidos en hemeroteca y bibliografía consultada, traigo hoy a esta sección una resumida historia de aquella fortaleza, protagonista de una buena parte de los anales históricos del Coto y Villa de Marín.

El Castillo de San Fernando tiene su origen en el año 1521, cuando el abad administrador de la villa marinense -perteneciente al Priorato de Osera- ordena la construcción de “un fuerte para la defensa del puerto y villa de Marín de los ataques piratas” que vendría a sustituir al “pequeño castillo de la Mouta, -situado más o menos donde ahora se encuentra la Casa Consistorial-, y no tenía las características necesarias para proteger el fondeadero de San Xián dos Ancorados tan concurrido por embarcaciones por ser de mucho abrigo”. De la construcción del nuevo castillo se encargarían los frailes “custodios del Priorato”, Juan Álvarez y Antonio Jambrino, quienes eligen un pequeño promontorio en la punta del monte Pesqueira para ubicar dicha fortificación, a la que se le daría el nombre de Fuerte de San Fernando en honor al rey Fernando El Católico, que gobernaba Castilla.

Con el paso de los años el fuerte se iba haciendo menos fuerte (valga la redundancia) pues carecía del armamento y hombres necesarios para estar bien guarnecido “un punto débil que los franceses aprovecharían, durante la Guerra de Invasión Francesa, para apoderarse fácilmente y por sorpresa del fuerte y consiguientemente de la villa", tal como ocurrió el 29 de enero de 1809.

La actividad del Fuerte de San Fernando se mantendría hasta mediados del siglo XIX en que comienza su declive. Sus ruinas y el monte donde estaba asentado pasaría a manos del Estado que lo pondría en venta, mediante subasta, a efectos de la primera Ley de Desamortización (1855). Según nos lo describe el historiador Manuel Cendán en su Historia de Marín, “la subasta del solar, los fosos, restos de edificios y sitio del Castillo, fue rematada por Antonio Graña, vecino de Marín, en la cantidad de 11.530 reales”. En la actualidad la mayor parte del monte Pesqueira está ocupada por la ENM y en el resto del terreno (conocido como lugar de O Forte) todavía queda una casa, la ‘Tintorería Marín’.