NADIE DUDARÁ de que la cuarta edición de la Festa Corsaria celebrada en el fin de semana de la Asunción ha sido un éxito que la pone en el camino de su consolidación como un evento de reclamo turístico equiparable a las centenares de fiestas que tienen lugar en la época estival a lo largo y ancho de toda nuestra comunidad autónoma. Con la festa corsaria (que no pirata pues bien es conocida la diferencia entre corsarios y piratas) Marín podría acceder a la larga lista de eventos lúdico-gastronómicos que definen a muchos de nuestros pueblos y ciudades. Y cuando digo gastronómico digo bien pues ya hay quien dio en bautizarla como la festa do churrasco corsario. Y no es para menos pues del medio centenar de mesas distribuidas por las calles y plazas para comidas y cenas pocas se libraban de tener como principal plato costilla de cerdo a la barbacoa.
Cuando por primera vez hace cuatro años el entonces concejal, José Luis Lago, puso en marcha esta fiesta nadie apostaba nada por la ella. Incluso había quien decía que poco iba a durar. Tras tres años que la tuvo en sus manos -y justo es reconocerlo- la fiesta fue adquiriendo mayor importancia y el público accedía a participar en mayor medida. Incluso los detractores que no la veían con buenos ojos también se van integrando en ella.
El grupo de gobierno del que ya no forma parte el aludido edil cogió el testigo de su iniciativa ofreciéndonos este año una versión muy mejorada de cuyo resultado destaca la gran participación de centenares de marinenses y foráneos que en grupos o en familia invadían calles y plazas ataviados al estilo corsario bajo la enseña pirata de la calavera sobre dos huesos en aspa. Y al margen de si ha sido bien o mal gestionada como denuncian algunos grupos de la oposición, repito que no se puede quitar mérito ni éxito a la Festa Corsaria en la que dicho sea de paso debe implicarse más el Concello y no dejarlo todo en manos de la empresa privada que la explota.
Marín ya tiene su fiesta se oía decir entre el gentío que la aplaudía. Y es que Marín aprovechando la exaltación de los históricos personajes marinenses -los corsarios y hermanos Gago de Mendoza- parece haber encontrado en la Festa Corsaria la horma de su zapato respecto a instaurar un evento que la defina turísticamente y que atraiga a un público interesado en divertirse en pleno mes de agosto como complemento de las tradicionales del Carmen en julio. Y al mismo tiempo que se da alegría al pueblo, y esto es lo importante, también se consigue el objetivo de potenciar el comercio y en especial a la hostelería que buena falta hace en los tiempos que corren. Y es que, con sus fallos corregibles, la festa corsaria está en el buen camino.
