Opinión

Marín, los colores y sueños de Carlos Bóveda

Entre cores e soños’, es el título de la exposición pictórica del reconocido artista y dibujante gallego Carlos Bóveda (1933-2004) que podrá admirarse hasta el próximo día 22 en el Museo Manuel Torres. Se trata de una muestra antológica, a través de la cual se sigue la evolución del pintor desde sus inicios hasta su muerte, inaugurada por la alcaldesa María Ramallo, quien tras elogiar la importante obra y lo que supone como legado artístico para Galicia invitó a los marinenses a que la visiten calificándola de “todo un lujo de arte”. El emotivo acto inaugural contó con la asistencia de la viuda del artista Sara Paz y su hija, Sol Bóveda, que agradecieron la buena acogida con la que Marín recibe la exposición.

En ‘Entre soños e cores’ se pueden observar los primeros pasos del artista en la especialidad del dibujo: carboncillo, tinta china... con muchos matices de grises y sepias que logran transportarnos en el tiempo. Destaca una colección de piezas de una vajilla ‘Capeans’ con motivos gallegos y otra de figuras de cerámica elaboradas y pintadas por él mismo. El visitante a esta exposición podrá comprobar como Carlos Bóveda fue evolucionando entre el color oscuro con el que se inicia a los colores vivos, etapa comprendida entre los años noventa hasta su fallecimiento en 2004. En sus cuadros, escenas cotidianas de nuestras tradiciones, paisajes, romerías, oficios... que el pintor fue trasladando al lienzo con las técnicas del óleo y pastel.

Si hubiese que abreviar la definición de todo lo que aporta Carlos Bóveda con su pintura habría que usar algo en lo que en su día coincidieron especializados críticos de arte: “Es un pintor conceptual y su pintura una exaltación de Galicia. De sus obras emanan tristeza, paz y sosiego, cultura y tradición, colorido y alegría, fiesta y romería...” Es su sello personal, es la identidad de un artista gallego que desde muy niño demostró talento para la pintura como patentizó en sus primeros trabajos a los 13 años. A los 15 trabaja ya como diseñador en una importante fábrica de cerámica porque su arte iba más allá de la pintura. A los 24 años se ‘presenta en sociedad’ con su primera exposición en su pueblo natal Padrón a la que seguirían numerosas exposiciones y premios cuya lista sería largo enumerar. Como tantos gallegos Carlos Bóveda emigra a Buenos Aires en 1962 donde sigue desarrollando su actividad pictórica junto con otros afamados artistas con los que allí se encuentra, sus paisanos Luis Seoane y Laxeiro. Es curioso observar como las obras de éste último y las de Bóveda guardan una gran similitud incluso antes de conocerse. Tras cuarenta años en Argentina decide volver a Galicia, su tierra.

Gran acierto de la concejalía de Cultura traer a Marín la obra de un pintor que deslumbra y sorprende con los ‘cores e soños’, que lo inmortalizaron, y la fuerza de su arte. Visitar su antológica vale la pena.

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