DESDE LA época de la Conquista hasta la promulgación de la Ley de Inmigración que convertirá a la Argentina en un país cosmopolita, la mayor parte de los europeos que llegaron a tierras de la pampa eran españoles, lo que no tiene nada de extraño, habida cuenta que hasta la Declaración de la Independencia (tomada por el Congreso de Tucumán en el s. XIX), los inmigrantes se sabían en su propia tierra, como nos cuenta el historiador y genealogista cordobés-argentino, Ignacio G. Tejerina Carreras (1933- 2016) en una publicación editada en 1990.
La ciudad de Córdoba no fue ajena a esta realidad, pero sí hubo algo de particular en ella -que es el motivo de estas lí- neas- siendo ese algo la decisiva influencia social, económica y política durante más de un siglo y medio de hijos de Galicia, y en particular de Marín. Es a partir de los últimos decenios del s. XVIII cuando se establecerían familias gallegas en la Córdoba argentina, -la segunda ciudad más poblada de Argentina después de Buenos Aires-, cuyos descendientes ocuparon cargos de indudable jerarquía contribuyendo a formar la élite gobernante, aunque mención aparte, y objeto de este trabajo, son aquellos gallegos que procedían de Marín, quienes al margen de la particularidad de proceder todos del mismo lugar, existían entre ellos lazos de parentesco establecidos en su propia tierra e incluso en algunos casos en la misma Argentina.
"Los factores determinantes de la presencia de los hijos de Marín en Córdoba son varios, tales como socio-económicos, y fundamentalmente los familiares. La tradición familiar acentuaba la corriente inmigratoria a la que también ayuda la escuela de Marín existente a finales del s.XIX de la que era maestro director José Ramón Cobas, docente de grandes condiciones didácticas. Los marinenses cuando llegaban a Córdoba siempre encontraban una acogida favorable, y según afirma Tejerina Carreras "una señora llamada Rosario Garzón recorría los comercios averiguando si había algún marinense invitándole a que visitase su quinta en San Vicente, donde el visitante y paisano era agasajado con dulces y mate".
Tomando como base algunos de los linajes troncales marinenses haremos mención al apellido Garzón, el más extendido por la ciudad cordobesa, cuyos descendientes destacaron en la vida pública argentina, ocupando relevantes puestos en la política y en la economía. Los Garzón son descendientes de Félix Garzón Rodríguez (n. 1699) casado en Marín con María Rosa de Veiga con quien tuvo varios hijos a través de los cuales el apellido pasaría a Córdoba. Entre las sucesivas generaciones de este linaje hubo legisladores, historiadores, literatos, políticos y filántropos que influyeron de forma decisiva en la fundación social de la ciudad cordobesa. Es indudable que durante las épocas de la emigración los marinenses que cruzaban el charco rumbo a la pampa siempre tuvieron una buena acogida en tierras argentinas. Y todo gracias a los Garzón de Marín, de los que se dice fueron "patriarcas de los gallegos en la Argentina".
