Opinión

Marín, 'in memoriam' a Blanco Porto

HOY SE cumple el setenta y cinco aniversario de la muerte del pontevedrés Antonio Blanco Porto (1890—1940), una personalidad de la música de Galicia. De su currículum destacamos que fue fundador de la Coral Polifónica de Pontevedra y su primer director, además de conferenciante sobre temas relacionadas con la música galega. También ejerció como profesor de música del Instituto de Pontevedra y delegado de Cultura y Arte en los inicios de los años cuarenta.

Ilustre e insigne maestro, Antonio Blanco Porto es una persona recordada entre los marinenses por muchos motivos, pero sobre todo por las raíces que dejó en este pueblo, hasta el extremo de que era tanto el amor sentía por Marín que antes de su muerte —falleció a la edad de 50 años— pidió ser enterrado en el cementerio municipal de A Raña donde reposan sus restos.

Se casó con la marinense Mercedes Freijeiro Veiga y su domicilio familiar fue durante años la Casa de Baños, popular e histórica edificación ya desaparecida que sirvió de inspiración a muchos pintores, entre ellos a Manuel Torres. Durante el tiempo que vivió en Marín nacieron y crecieron sus hijos Antonio, arqueólogo e historiador, y al que Marín dedica todos los años las tradicionales 'Xornadas de Arqueoloxía Blanco Freijeiro'; Santiago, médico, también ya fallecido; Mercedes, Ana María y Victor.

Coincidiendo con su efemérides obituario considero obligado traer al recuerdo a un personaje que forma parte de nuestro pasado histórico no solo por su relevante vinculación familiar sino por el gesto de haber elegido como lugar de su reposo eterno a Marín como si de su tierra de nacimiento se tratara.

Antonio Blanco Porto destacó por su dotes artísticas para la música y la declamación. Su mayor éxito en el aspecto musical fue haber sido fundador y director de la Sociedad Coral Polifónica de Pontevedra (1925). A él hubo que recurrir, según datos recogidos en las hemerotecas, para fundar dicha sociedad "por su buen gusto, su finura de espíritu, y su formación artística", siendo señalado por comentaristas especializados de la época "como uno de los grandes directores de la música vocal". Su obra fue motivo de atención por parte de otros insignes y destacados intelectuales como Castelao, a quien se sintió muy unido, y Laxeiro. Su fama era tal que se abrió un puesto en los diccionarios musicales.

Y este éxito lo logró viviendo en Marín, como podemos deducir por una anotación que aparece recogida en una de las actas históricas del Concello de 1930, informando de que "a Antonio Blanco Porto, vecino de esta localidad, le ha sido concedida la Cruz de Alfonso XII por su labor como director al frente de la Coral Polifónica de Pontevedra".

Termino con un texto del Prof. Filgueira Valverde a modo de dedicatoria 'in memoriam' al marinense por familiaridad, por residencia y por 'últimas voluntades': "Antonio Blanco Porto alcanzó de forma sencilla, serenamente, sin las fatigosas demostraciones que a tantos cuesta, la popularidad".

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