Opinión

Marín, el proyecto del Centro Xuvenil

La alcaldesa María Ramallo sorprendía la pasada semana con la presentación de un nuevo proyecto dirigido en este caso a la juventud. Se trata de reconvertir el local del Liceo Casino, adquirido por el Concello de Marín, en un Centro de Ocio Xuvenil con el objetivo de “poder ofrecer a xuventude un espazo e unha programación didáctica que permita ofrecer ofertas de ocio e culturais para o seu tempo de lecer”, según resume la memoria expositiva.

La creación de un espacio para los jóvenes es otra de las demandas históricas en Marín. Es un deseo, además de una promesa, que algunos partidos llevaban en su programa electoral. Recuerdo una propuesta del BNG en la que se pedía “que a Casa do Mar pasase a ser un centro cívico onde a mocidade poida desenvolver actividades de ocio e formación...” o la que también hacía el PSOE de “a creación dun espazo exclusivamente xuvenil dotado de axenda propia..”. Y ahora es el grupo de gobierno (PP) quien aprovechando las instalaciones del inmueble adquirido en 2019 para el patrimonio municipal, se dispone a poner en marcha un ambicioso proyecto que además de cubrir la falta del demandado centro juvenil complacería los deseos de las formaciones políticas que ya antes lo habían reivindicado.

Respecto a la distribución de las dependencias situadas en las dos plantas cabe reseñar que en la primera, según explicó la alcaldesa, se creará “un amplio espazo polivalente composto por: salas de traballo e estudio; informática, xogos...”. Mientras que la planta baja “acollerá un moderno e amplio archivo municipal” que falta hace, dicho sea de paso. Incluso quedarían espacios para usos puntuales de las asociaciones socioculturales y vecinales.

El anuncio de este proyecto como es lógico nos llena de contento a todos y sobre todo a los jóvenes, pero tampoco hay porque hacerse ilusiones de que esto se vaya a ejecutar en corto plazo de tiempo. Estas cosas van despacio como las de palacio, o más lentas quizás. Y digo esto porque de momento nada se dice de plazos de ejecución ni fechas de terminación, ni tampoco se cuenta con ‘los dineros’ con los que afrontar una inversión que se acerca a los 378.000 euros, “que habrá que buscar recurriendo a ayudas de otras administraciones”, según puntualizó María Ramallo.

De todas formas bien venido sea el anuncio del proyecto del Centro de Ocio Xuvenil con el que algún día contará Marín, pero permítaseme la observación de que al igual que otras obras similares como el Centro de Día o el gran Centro Cultural (auditorio) aún pendientes de ejecución, habrá de esperar algún tiempo para ser realidad. Lo cual no es óbice para reconocer que por lo menos la idea se ha echado a andar que es lo importante, sobre todo por lo fundamental que es para la juventud marinease el que algún día pueda disponer de un local social adaptado a sus inquietudes. 

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