Opinión

Pascual Pesqueira Acuña

L a Asociación de Pescadores Tenlo hizo entrega de la tradicional distinción Avó do Mar a Pascual Pesqueira Acuña (Estribela-Pontevedra, 1940) como premio a "toda una vida dedicado a las faenas del mar". Los méritos que concurren en el premiado son más que suficientes como para haberle otorgado tan merecido titulo. A sus 75 años, que cumplirá el próximo día 18, Pascual tiene a sus espaldas una larga historia de lucha en la dura y sacrificada vida como mariñeiro. Con tan solo nueve años, y aún en edad escolar, compatibiliza la escuela faenando al palangre y arrastrando caixas de peixe na lonxa. "Era tan menudiño que había que poñerlle un peixe debaixo das caixas para que as arrastrara con pouco esforzo". Tras dura infancia y siendo ya un adolescente se enrola a los 14 años en el pesquero Santos. A este embarque seguirían muchos a otros en embarcaciones de la época construidos en madera y propulsados a carbón.

Al igual que otros muchos mariñeiros Pascual padeció las vicisitudes adversas propias del duro trabajo en el mar como cuando el Pirraca embarrancó en A Lanzada. "Pasei por un momento moi angustioso. Foi o primeiro susto na miña vida a bordo dun barco", dice. Sobrepasados los veinte años de edad emigra al pais Vasco y se embarca al bacalao. Tiempo más tarde vuelve a su tierra a la que añora y piensa en formar una familia. Se casa y tras el primer hijo (al que seguirían años después otros dos) a Pascual le llegan otro tipo de responsabilidades que debe afrontar con suficiente economía lo que le lleva a tener que volver a Terranova en busca de mejor sueldo. Regresa con poco más de treinta años para faenar durante una década a bordo del Barra (buque de hierro y a motor) en aguas de Gran Sol, Canarias, Costa de Portugal, etc. Cuenta que es a bordo de este buque donde pasa una de sus peores noches en su trayectoria como profesional del mar. "Foi no ano 77. Un forte temporal de eses que agora chaman ciclogénesis fíxonos capear na costa de Portugal. Foi na mesma noite na que a consecuencia de aquel mal tempo afundíase nas Cíes o conxelador Marbel. Unha traxedia que non olviderei nunca..."

A la edad de poco más de 40 años compra su propia casa en el lugar donde había nacido y para afrontar el pago se embarca en la armadora Chicha Touza trabajando en mares de Suráfrica, Malvinas, Canarias, Canadá... hasta que 17 años después le llega su jubilación.

En la actualidad y con tres cuartos de siglo a sus espaldas Pascual Pesqueira sigue unido a ese mar al que dedicó toda una vida, donde se formó y del que nunca se despegó disfrutando del ocio que le permite su jubilación saliendo a pescar por placer acompañado de su nieto en una coqueta embarcación a la que puso por nombre Anguiacho. Noraboa ben querido avó do mar.

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