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El "non" del PSdeG a Rajoy

Sánchez logró un triunfo inapelable en la Galicia en la que ya trabajó en las campañas de Touriño y en la que se hundió en 2016


LOS BARONES no quisieron enterrar a Mariano y acabaron resucitando a Pedro, al tiempo que sepultaron el mito de que, desde el terremoto electoral de las europeas de 2014, era inexorable que Susana Díaz se subiese cuando quisiera al Ave en la sevillana estación de Santa Justa para escenificar la extensión de su califato en el partido a la sede central socialista de la madrileña calle Ferraz. 

La resistencia a esa expansión del PSOE-A a toda España pesó algo en los resultados del domingo, como se percibe en las nacionalidades históricas. Pero Susana Díaz no ganó ni tan siquiera en Extremadura ni en Castilla-La Mancha y, contra todo pronóstico, hasta perdió en Vigo, el feudo del maestro de ceremonias del primer lanzamiento en febrero en Madrid de su candidatura al liderazgo del PSOE, Abel Caballero. Al caudillo viguista le ha humillado su díscolo sobrino, Gonzalo Caballero, estilete del 'sanchismo' que triunfó en uno de los centros neurálgicos del poder del aparato. 

Y es que la clave fundamental de las primarias del domingo estuvo en la cuestión que repitió machaconamente Pedro en el debate de hace siete días en la sede de Ferraz y que Susana eludió sin dar apenas explicaciones, la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy. El resultado muestra que, como mucho, los barones podrían haber impuesto que el PSOE hiciese viable, por patriotismo, "por España", un Gobierno del PP presidido por otro candidato, como hizo la CUP con Artur Mas y la izquierda lucense con López Orozco. Ni lo intentaron, porque, como decía uno de los referentes del 'susanismo', "eso significaría que nosotros le hacemos la renovación al PP". 

La gestora quedó atada a los populares y acabó por calcinarse ante los escándalos de los manejos del Gobierno para tapar la corrupción en Murcia y Madrid, mientras la foto de Ignacio González entrando en la cárcel y el anuncio de que el propio Rajoy tendrá que declarar como testigo ante la Audiencia Nacional.

Las primarias las ganó el "no es no a Rajoy", que hizo coherente al incoherente Sánchez, que lavó todas sus andanzas de veleta política cuando dejó su escaño para ni abdicar de su negativa al pontevedrés ni ponerse al margen de la disciplina interna que él mismo aplicaba como líder. 

Y el PSdeG emitió un "non" todavía más rotundo a esa abstención ante Rajoy que el del PSOE, con 16 puntos más para Sánchez que los del cómputo global. La etnográfica combinación entre el caciquismo andaluz de Díaz y el socialbaltarismo de Pachi Vázquez, reflejada en el papel de la diputada de Xinzo Laura Seara como coordinadora de organización en la calle Ferraz, provocó que la victoria de Sánchez fuese más corta en la provincia de Ourense que en las otras tres. Pero incluso así, llegó al 58,9%.

En la operación venganza que para Pedro eran las primarias el triunfo en Galicia tiene un sabor especial, porque fue el fracaso de las autonómicas lo que precipitó su caída y porque aquí combatía contra la sombra, apagada, de su antiguo mentor, José Blanco, quien lo trajo en su equipo ya en 2005 a trabajar en la campaña de Touriño. La victoria de Sánchez salva la gestora gallega de Pilar Cancela, le da alguna esperanza al defenestrado Besteiro y consolida las opciones para liderar el PSdeG del pontés González Formoso.

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