Opinión

Un rural sin servicios

A CONSELLERÍA de Medio Rural no se cansa estos días de pregonar el éxito de su plan para hacer que jóvenes se incorporen a actividades agrarias, como fórmula milagrosa para lograr el relevo generacional en las explotaciones, combatir el despoblamiento y dinamizar la economía del campo. Pero si de lo que se trata es fijar población y dignificar la vida en las aldeas, esta gestión de los fondos europeos —que este año en la provincia ya ha logrado la incorporación de 268 jóvenes lucenses al rural— se antoja incompatible con esa otra política de recortes que obliga a los pueblos a sobrevivir con cada vez menos médicos, menos colegios y menos transportes públicos.

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