QUÉ TAL han pasado el día de San Valentín? ¿Las flechas de cupido siguen clavadas en sus corazones y lo han celebrado haciendo y recibiendo regalitos para demostrar al ser querido lo mucho que lo aman? ¿O quizá son de esos que se revelan contra los dictados del marketing y se niegan a seguir las indicaciones de la publicidad, de la tele, las revistas, Internet y todo lo demás y prefieren demostrar el amor durante todo el año y no sucumbir a la fiebre de las compras sanvalentineras?
Yo, lo confieso, soy una romántica y, por mucho que pretenda ir de chica dura, en el fondo soy como un chocolatillo que se derrite ante una muestra de afecto. Por eso en días como el de este martes me gusta ver que hay más románticos empedernidos y para encontrarlos no hace falta ir muy lejos.
El vicerrector del Campus de Pontevedra, Juan Manuel Corbacho, iba el pasado lunes surcando las calles en su bici con un ramo de flores en la mano. No sé si sería un regalo de San Valentín anticipado, pero yo prefiero pensar que sí y que Corbacho no solo es un maestro en la Universidade, sino también en el amor.
Otro de mi lista es Ramón Pedras Petete. Aunque su alias no sea, precisamente, el culmen del romanticismo, se nota que es un sentimental en toda regla. El martes lo vi caminando por la calle Michelena con una bolsita de una joyería en la mano. Quizá la estaba reciclando y lo que llevaba dentro era un plátano para el tentempié de media mañana, pero también cabe la posibilidad de que viniese de comprar un regalito para alguien especial para él. Yo me decanto por esta segunda opción, que es mucho más bonita.
Y siguiendo con romanticismos, el novio de la concejala de Promoción Económica, Anabel Gulías, estuvo el sábado pasado en la feria de eventos Si Quero. Ahí lo dejo.
