Opinión

A la final de Masterchef

 
Ketty Fresneda. D.P.
photo_camera Ketty Fresneda. D.P.

VIVA! YA QUE España ha sido eliminada (en mi opinión sin merecerlo) del Mundial de Fútbol, al menos me queda una ilusión televisiva a la que aferrarme en este inicio del mes de julio. Y en este caso no les hablo de Land Rober Holidays Show, sino de MasterChef de TVE. Resulta que Ketty Fresneda, la vecina de Pontevedra que concursa en este talent show culinario, ha llegado a la final. La joven de origen cubano fue una de las primeras en hacerse en hueco en la última prueba de Masterchef. Lo consiguió gracias a su buen hacer en la semifinal, que tuvo lugar en un emblemático club madrileño en el que los concursantes tuvieron que preparar unos platos de diez para un grupo de mujeres chefs, sumilleres, periodistas gastronómicas... Vamos, un jurado formado por los grandes paladares femeninos de España para degustar un menú a base de flor de alcachofa confitada con brandada de bacalao y pan de ajo-perejil, salmonetes con rabitos de cerdo, pichón de Bresse y foie asado y de postre, una versión del tradicional bombón Ferrero Rocher.

Ketty superó la prueba con buena nota, así que ella y el valenciano Toni fueron los primeros finalistas. Yo me muero de ganas por saber quién se hará con el primer premio, así que el sábado pasado tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para no acercarme a preguntarle cuando vi a Ketty cenando en el restaurante La Tagliatella de la calle Cobian Roffignac. Si no era ella, era un clon, porque se parecía muchísimo a la concursante de MasterChef.

Por cierto, me pareció súper divertido cenar en el mismo establecimiento en el que hace unos años bailaba y era la reina de la pista, cuando el local todavía era la discoteca Carabás. ¿Sentiría lo mismo Antón Prieto, el responsable de protocolo del Concello de Pontevedra, que también estaba cenando allí el sábado?

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