Opinión

Se acaba el Flop y llega el Jazz

Ketty Fresnada. DP
photo_camera Ketty Fresnada. DP

NO ME recupero. Es lo que pasa con la edad. Que sales como antes, pero cada vez te cuesta más resetear y estar listo para el día siguiente. Ahora me encuentro ante un dilema, después de que el sábado se me pusiese todo de cara para despedir el día a lo grande en el Flop Festival. ¿Será posible que, incluyendo un paseo por la ría en los barcos de la procesión del Carmen de Ponte Sampaio o Combarro y sumando el acercamiento a Los Chunguitos, yo esté recuperada para que el Festival de Jazz no me pille con anemia de sueño?

En fin, lo del Flop, ya, que me lo quiten, que lo bailé como si no hubiese un mañana. Hay que ver lo divertido que fue este año el concierto de Putochinomaricón, o Chenta Tsai, como prefieran llamar a este artista que no se quedó de hijo adoptivo de la ciudad de milagro. Primero, porque le gustó la villa del Lérez. O, al menos, eso dijo a su entregado público. Y segundo, porque casi no le dejan coger el tren para ir a su próximo destino. Resulta que iba con la maleta por la zona del público y los asistentes no paraban de pedirle selfies. Yo no fui una de ellos por pura timidez, lo reconozco.

Y para que no digan que nadie se acuerda de los segundos. Ketty Fresneda estuvo también dándolo todo en el Flop. La semifinalista de Master Chef volvió a deslumbrar a todos con su belleza, estilazo y tropicalismo. Tampoco le pedí un selfie por puro corte.

¿Y saben a quién no he felicitado todavía? A Pablo Dapena. Un pontevedrés campeón del mundial de triatlón y Clara Aldán, que no le dice nada. Ya sé yo que cuando llegue a la ciudad habrá recepción o lo que sea (al menos, eso espero) y adivinen quién no va a tener el valor de pedirle un selfie...

Bueno, esperemos que sea solo el efecto de un fin de semana muy ajetreado y que en cuestión de días se me pase este bloqueo emocional. Desde aquí, besos a Dapena.

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