Opinión

Adiós al verano con Ferreiro y Solla

Iván Ferreiro y Pepe Solla, en plena actuación. CEDIDA
photo_camera Iván Ferreiro y Pepe Solla, en plena actuación. CEDIDA

PERMÍTANME QUE que hoy les ponga los dientes un poquito largos. Si les propongo pasar una agradable tarde de domingo de verano, con buena temperatura, en una finca rústica y maravillosa, suena bien, ¿a que sí? Si a eso añado que la invitación incluye un menú preparado por dos chefs de postín, cada uno con una estrella Michelin, la cosa seguro que ya se pone fina. Y si, para rematar, incluyo un concierto absolutamente íntimo, de buen rollo total, con los hermanos Ferreiro, ya es el acabose, ¿verdad?

Pues todo esto fue lo que ocurrió el pasado domingo en Poio. Concretamente en los dominios de mi apreciado Pepe Solla. Allí, en su premiado negocio, organizó lo que le dio por bautizar como Experiencia de dos estrellas a cuatro manos. Ya solo el nombre suena sumamente atractivo.

No era la primera vez que Pepe ponía en práctica acciones gastronómico-musicales de fin de verano. Hace unos días lo hizo en el Náutico de San Vicente de O Grove, del cual ya les di buena cuenta en mi sección.

Pero esta vez era especial, distinto. Era el broche de oro a un periodo estival absolutamente extraño y singular, sin comparación posible a todo lo que conocíamos. Y Solla quería que el evento, su evento, también fuese único.

Mis palomas mensajeras se guardaron para sí el delicioso menú que degustaron los contados privilegiados llamados a esta experiencia, aunque conseguí sonsacarles que entre ellos se encontraban José Luis Sarandeses y Rodrigo Cota. Aprovecho ya, ahora, para pedirle públicamente a Pepe Solla que para la próxima se acuerde de Clarita Aldán y tenga a bien deleitar mi paladar con una experiencia así. Le garantizo que tendría mi gratitud eterna.

Sigo. Les decía que no pude en terarme de los platos pero estoy convencidísima de que estaban para chuparse los dedos. Porque junto a Pepe, estaba cocinando nada más y nada menos que Begoña Rodrigo, propietaria de La Salita y L'hort al Nu (ambos en Valencia) y ganadora de Top Chef en 2013. ¿Alguien duda de la exquisitez de los manjares?

Y de postre, música de la buena. Iván y Amaro Ferreiro se pusieron al teclado y a la guitarra y obsequiaron a los presentes con un concierto tan sublime como los platos degustados minutos antes. Todo un lujazo de básico, con temas propios y versiones de clásicos que convirtieron las horas en segundos.

Hasta Pepe se arrancó y demostró que si los fogones no se hubieran cruzado en su vida, podría ganarse los callos como músico. El Cadillac Solitario junto a Iván, una verdadera pasada

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