Opinión

Apocalipsis electoral

Rafa Domínguez celebra los resultados en la sede del PP de Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Rafa Domínguez celebra los resultados en la sede del PP de Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Vamos a ponerle hoy un poco de sabooor a la vida, como dice Samantha Vallejo-Nágera, de Masterchef, hablando de comida. De comida electoral, para ser más concretos. De pinchos, pica-picas y demás catering propio de las fiestas de la noche de elecciones.

Empecemos en la tierra de buen comer por excelencia: Lalín. El PP, que no tenía nada preparado para el domingo por la noche, según me cuentan que aseguró José Crespo, encargó comida sobre la marcha para celebrar la nueva mayoría absoluta. Los populares acabaron finalmente de fiesta en dos locales de hostelería de la capital dezana. Hoy a alguno se le notaban las pocas horas de sueño, e incluso Avelino Souto (el más joven de todo el equipo) tenía "voz de pito", me dicen mis fuentes. Me solidarizo totalmente con Avelino, aunque a mí lo que me queda al día siguiente es más bien voz de camionero. No sé que es peor.

Los del PP de Pontevedra también tuvieron fiesta de las gordas. Era tal en el jaleo en la sede provincial del partido que hasta los vecinos les llamaron la atención "porque tenían que descansar". Fue una noche loca, está claro. Rafa Domínguez, abstemio reconocido, se tomó un par de cervezas para celebrar la victoria en Pontevedra y Deputación. ¡Y para celebrar su cumpleaños! Que ayer llegó a los 47. ¡Enhorabuena por todo, Rafa! Vaya nochecita, eh.

Sigamos con el PP de Pontevedra y su fiesta. Según me dicen por aquí, todo se concentró en la sede provincial del partido. En la local "nin un mísero pincho!", cito literalmente a una de mis gargantas profundas en este tema. Botellita de auga fría y tirando millas. Mientras tanto, en la sede provincial, "tenían de todo, tortilla, empanada, cerveza, vino...". Nada que envidiar en el PSOE de Pontevedra, donde también hubo pincho, "empanada e boliños con chourizo e queixo".

El repaso a toda esta historia de los pinchos de la noche electoral me ha recordado, por cierto, que Alfonso Rueda les debe una comida en Campo Lameiro... ¡a todos los candidatos del Partido Popular en la provincia! ¡Que no nos olvidamos, presi! Que hay testigos de que delante de Luis López se comprometió a pagar esa comida si se conseguía la capitalidad de turismo rural y el PP recuperaba la Deputación. ¡Pues ahí está! Espero que Clara Aldán esté invitada para levantar acta de tan magno acontecimiento.

Y eso que les confieso mi absoluto hartazgo electoral. Y va Peter y convoca las generales para ya. Apocalipsis electoral. Ahí tiene un buen título para su próxima novela Manel Loureiro. Por cierto, que el rodaje de la adaptación de su Apocalipsis Z ya ha empezado en Vigo. Su protagonista, el guapísimo Francisco Ortiz.

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