Opinión

Aquellos maravillosos veranos

Ethel Vázquez. DAVID FREIRE
photo_camera Ethel Vázquez. DAVID FREIRE

¿RECUERDAN AQUELLA época en la que no parábamos de contarles los devastadores efectos de la sequía? Yo ya casi ni me acuerdo, porque con estos chaparrones que nos están cayendo encima se me borra la memoria y hasta la marca que va impresa en la suela de las catiuscas. En fin, que no está el tiempo como para pensar en el verano. Aunque cuando uno visita los lugares que le hacen sentir como si estuviera en agosto no puede remediar ponerse en situación e imaginarse tumbado en la playa.

Algo así le ocurrió este miércoles a nuestra querida Ethel Vázquez nada más bajarse del coche en Raxó. La conselleira de Infraestruturas estuvo en Poio para anunciar una ansiadísima y muy necesaria medida de seguridad vial en la zona, que comportará la creación de una senda peatonal en la PO-308. Recibiéndola a su llegada estaba el alcalde poiense, Luciano Sobral, que cuando escuchó salir de la boca de Ethel las palabras "yo veraneé aquí muchos años" se quedó pasmado. Total, que con la anécdota sobre la mesa se inició allí una tertulia que según me chivaron se alargó tanto que podría haberse acompañado de un café. Sin embargo, parece ser que no hubo éxito a la hora de sonsacarle a la titular de Infraestruturas en qué playa de la zona pasó algunos de aquellos maravillosos veranos de su infancia. Eso sí, lo que no se le olvida es lo bien que se lo pasó en la costa pontevedresa.

La sensación apacible del verano y el calor se desvaneció un poco cuando mis compañeros de profesión le preguntaron a Ethel por el regidor de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, del que dijo que está "enfadado permanentemente". No sé si serán así las cosas, pero al leer esas declaraciones he pensado que no estaría mal incluir en las obligaciones de los cargos públicos unas cuantas sesiones de yoga al mes. Quizá así llevarían mejor las negociaciones. ¡Quién sabe!

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