ASÍ ME gusta, que los políticos sean los primeros en dar ejemplo de buenas conductas. Sobre todo en un tema tan sensible como protegerse (y protegernos) del coronavirus. Seguro que todos hemos visto imágenes de mandatarios que mucho recomendar el uso de la mascarilla pero después, a la hora de la verdad, se la dejaban olvidada en casa y aparecían en corrillos y en actos públicos a cara totalmente descubierta. Si es que así no se puede, hombre...
Pero hete aquí que el candidato del PSOE a la presidencia de la Xunta, Gonzalo Caballero, demostró este miércoles que lo suyo es compromiso con la salud y durante su visita la ciudad (con paseo incluido por la Alameda junto a Carmela Silva) no se quitó la mascarilla ni un momento. Ni siquiera cuando llegó la hora de atender a mis compañeros, porque ya saben, con la telita delante de la boca a veces no se entienden bien las palabras y las expresiones, y eso no queda bien en pantalla. Pero al líder del socialismo gallego le dio igual. Se alió con Carmela y ambos comparecieron como debe ser, mascarilla en ristre.
Eso sí, se notó que a Caballero le costaba un poco mantener la protección en su sitio. No sé si sería por el trajín que tiene estos días el candidato o porque le tocó un material defectuoso, pero lo cierto es que las gomas no eran todo lo prietas que deberían, y al pobre Gonzalo se le caía continuamente. Menos mal que se tomó la situación con buen humor.
Y ya que les hablo de humor, qué mejor que hacerlo de uno de nuestros grandes (literalmente hablando), David Amor, que está en un momento de dulce. No solo porque el éxito profesional le sonríe –de lo cual me alegro especialmente, porque el buenorro de David se merece toda la suerte del mundo– sino porque la serie en la que participa, Vidago Palace, ha llegado a la plataforma HBO. Algo que a Amor nunca le había ocurrido como actor y de lo que no duda en enorgullecerse en su cuenta de Twitter. Y yo también.
Sigo con actores y humoristas. Se nota que el regreso del fútbol está a la vuelta de la esquina, que ya empiezan a aparecer los aficionados más fieles a lucir camiseta. Lo hizo Xosé Antonio Touriñán con la del Deportivo y un alentador mensaje: "Eu estou con vós! Aínda queda tempo, ten que sair, ánimo rapaces!".
El fútbol. ¡Ay!, ese opio del pueblo, como alguno lo bautizó. Otros lo ven ya de reojo, como otro grande de ese deporte, el marinense Agustín, convertido en protagonista de varias entrevistas por ser el portero que defendió al Castilla en la final de Copa del Rey contra el hermano mayor, el Real Madrid, que ganó por 6-1. Y de eso hizo justo el miércoles... ¡40 años!
