Opinión

'Cocinillas' desde la cuna

José Piñeiro (primero por la izquierda en la fila de arriba), junto a otros de los concursantes de 'Masterchef Abuelos'. DP
photo_camera José Piñeiro (primero por la izquierda en la fila de arriba), junto a otros de los concursantes de 'Masterchef Abuelos'. DP

NO ME digan ustedes que no les gusta comer bien. Sentarse a disfrutar de una buena receta no disgusta a nadie, aunque hay una tarea mucho más complicada que no todo el mundo es capaz de llevar a cabo: cocinarla. Para ello se requiere de cierto talento que no está al alcance de todos.

Les cuento esto porque el lunes por la noche me dediqué a ver la televisión (no a cocinar) y, como no podía ser de otro modo, no me perdí Masterchef Abuelos, un solo programa en el que varios competidores sénior mostraron sus habilidades en los fogones. Entre ellos estaba José Piñeiro, buenense afincado en Cádiz del que ya les había hablado en esta columna.

Para preparar el primer plato de la noche, José estuvo acompañado de su nieto Leo. Además, Piñeiro contó algunos detalles sobre él mismo, como que le gusta viajar y que está deseando que su nieto se haga mayor para que le acompañe en sus aventuras. Su pase por el programa le sirvió incluso para ligar. Y es que a José se lo conoce ya como el abuelo seductor de esta edición e incluso reconoció que había surgido la chispa con una de las concursantes, María Luisa. Así, ya tiene previsto quedar para tomarse un café con ella. Pero ojo, lo harán como amigos, ya que el buenense está felizmente casado. "Si yo no estuviera casado, le tiraría los tejos", dijo.

 

Sobre su resultado en el concurso, Piñeiro no tuvo demasiada suerte, aunque doy fe de que se lo pasó bomba. Una vizcaína de 87 años, Almudena Gandarias, fue la ganadora de la segunda edición del programa, tras realizar una réplica de un plato de alta cocina del chef Toño Pérez (Atrio).

La ganadora demostró su nivel ante un grupo de reputados chefs como Ricard Camarena, Toño Pérez, Pepa Muñoz, Ramón Freixa, Fina Puigdelval, Martina Puigvert, Francis Paniego, Martín Berasategui, Juanjo López y el mismísimo Pepe Solla. Así, la presencia de Piñeiro no fue la única representación de las Rías Baixas en el programa, como no podía ser de otro modo.

Solla estuvo de jurado en la prueba final y dejó claro que la memoria de su padre sigue muy viva en el restaurante Casa Solla. El tres soles Repsol disfrutó mucho con los platos que prepararon los concursantes y recordó que la gastronomía es una magnífica manera de rendir homenaje a aquellos que, con tanto cariño, nos ayudaron a crecer bien alimentados.

Por último, déjenme felicitar al exalcalde de Lalín Rafa Cuíña, que compartió este martes en redes una fotografía de un nuevo miembro de la familia Cuíña. No es que haya sido padre, pero el apellido sigue creciendo con el nacimiento de un nuevo bebé que garantiza el futuro de la estirpe con una nueva generación.

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