No pudo ser. El empeño y la ilusión de miles de enamorados de Combarro no han sido suficientes para que fuese elegido el pueblo más bonito de España. Bueno, eso es lo que dice una votación cuyos resultados aún se conocerán el sábado en el Sálvame Deluxe. Estoy ansiosa por conocer los porcentajes de votos para ver si hubo mucha o poca diferencia y si se deslizó alguna mano negra. Puedo parecer mal pensada, pero en estas votaciones por internet donde en todo momento ocultan cómo va la cosa, todo es posible...
De momento, Poio ha encajado deportivamente la derrota y no ha dudado en felicitar a Guadalupe, la villa extremeña que podrá presumir estas Navidades de un alumbrado sorprendente. Tan contentos estaban por allí con el triunfo que su alcalde, en un arranque de euforia, lo celebró en Facebook antes de tiempo, con el consiguiente cabreo de los poienses y (supongo) de la organización, que debió de tirarle bien de las orejas, porque el extasiado regidor borró su comentario a los pocos minutos.
Con independencia del resultado, Clarita Aldán se suma al alcalde de Poio, Luciano Sobral, que gracias a este concurso ha vuelto a redescubrir Facebook (no escribía en su perfil desde agosto) y en su último comentario aseguraba que "Combarro foi sempre, é e será, un pobo bonito". Claro que sí. Lo refrendo totalmente. Y como yo, las miles de personas que hemos disfrutado de su hermosura.
Antes de terminar debo enviarle un abrazo a mi querido Xabi Fortes, que el miércoles recogió su merecido Ondas. En un breve discurso -que inició y remató en gallego- tuvo muchos guiños para Pontevedra, su ciudad, sus peñas, sus amigos, su familia, sus compañeros... pero sobre todo para sus tres hijos y para su compañera María, a los que dedicó especialmente el premio. ¡Enhorabuena!
