DICEN QUE segundas partes nunca fueron buenas, pero mi crónica de este lunes es fiel heredera de la del domingo. Se acordarán de que les conté que el PP de Pontevedra celebró el pasado viernes su tradicional cena de Navidad (sí, en enero) con los periodistas de la ciudad, que incluyó lo más importante, la II Gala de los Premios Periodísticos Azúcar y Sal. Así que hubo colegas galardonados, pero lo que no se esperaban los populares es que los plumillas les respondieran con la misma moneda, con un detallito para cada uno de los concejales.
Casi se mueren de la risa, no digo más. Mis colegas eclipsaron, clarísimamente, sus premios. Les cuento. Nuestro compañero Serafín Alonso, flamante premio Azúcar en la categoría de Prensa Escrita, fue el encargado de presentar estos Oscar de la retranca. A José Luis Martín le entregaron unas luces de Navidad del chino, para que nunca se olvide de sus críticas a la iluminación navideña de la ciudad. A Tomás Abeigón, una mancuerna rosa. Monísima. A María José Rodríguez Teso, una campanilla, para que la dejen hablar más en los plenos. A Aurora Cañizares una bola de discoteca con luces. Eso sí, de tamaño linterna. A Rafa Domínguez, una estampita de la Virgen Peregrina, epítome del pontevedresismo, a propósito de aquella polémica con Anabel Gulías y sus orígenes forcaricenses... A César Abal, qué suerte, le entregaron un bloc de notas con calculadora incluida. Así ya no le fallarán sus cálculos con el IAE. Y ya, para terminar, ¿a que no se imaginan el premio de Jacobo Moreira? Pues una alta de conservas Pescamar, concretamente de mejillones en salsa de vieira.
Menos mal que le encanta la salsa de vieira. Y hasta aquí puedo leer. No se me olviden de pasarse este lunes por las fiestas de San Amaro en Cacheiro (Ponte Sampaio). Habrá misas, música y fuegos artificiales.
