Opinión

Cumpleaños feliz y buen corazón celtiña

Antón Sobral. ADP
photo_camera Antón Sobral. ADP

EL TIEMPO sigue pasando y, a pesar de que tengamos que estar confinados, seguimos celebrando los cumpleaños más en familia que nunca y acordándonos del aniversario de aquellas personas a las que queremos y admiramos. Entre esas personas se encuentra el artista marinense Antón Sobral, que este sábado festejó en su domicilio sus 68 primaveras, por lo que desde aquí le envío muchos besos virtuales y le deseo muchísimas felicidades.

Por cierto, una muestra de lo caprichosa que puede ser esta vida es que el aniversario de Sobral coincide con el día de la muerte de Luis Eduardo Aute. El artista marinense había sido el protomor de una exposición que efectuó el cantautor en Pontevedra.

La alarma sanitaria en la que nos encontramos no solo nos impide soplar las velas y compartir un trozo de tarta con nuestros familiares y amigos sino que incluso hace que se suspendan algunas citas en las que participaba numeroso público. Es el caso de la Festa da Fabada que el Marcón Atlético tenía previsto celebrar el próximo 1 de mayo. La edición número 14 del certamen tendrá que aguardar a tiempos más propicios.

A falta de eventos como los partidos de fútbol, también paralizados para evitar los contagios por coronavirus, un deportista de élite ha demostrado que no solo es un jugador excepcional sino que también tiene un gran corazón. Me refiero en concreto a Hugo Mallo, el capitán del Celta de Vigo, que le ha dado una grata sorpresa a un aficionado celtiña de 81 años que estaba desesperado por el parón de la liga. El futbolista marinense, según una noticia de Deportes Cuatro, telefoneó al socio después de enterarse, a través de un tuit de un hijo de éste, de lo mal que lo estaba pasando su progenitor. La llamada de Mallo resultó mano de santo.

Las cosas de hoy ►El rape de Jorge Cubela

Jorge Cubela rapado. CEDIDA

Facebook echa humo. ¿La culpable? La foto que publicó el alcalde de Cerdedo-Cotobade, Jorge Cubela, con la cabeza rapada. ¿Por qué lo hizo? Porque, explica, acostumbrado a tomar cuatro cafés Nespresso al día no le daban llegado las cápsulas de reposición.

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