El tren de borrascas que tenemos encima me ha devuelto las ganas por empezar la temporada de cocidos. Pocas cosas hay tan ricas como un buen cocido. Y aquí, en Pontevedra, tenemos de lo mejorcito. Según he podido leer recientemente, el chef Pepe Solla asegura que el lugar en el que se come el mejor cocido de la Boa Vila es el Rianxo. Yo doy fe de ello. Está de rechupete.
Al cocido hay que hacerle un monumento. Lo saben bien en Lalín. Su exalcalde, Rafa Cuíña, nos deleitó hace unos días en sus redes sociales con unos vídeos en el Cabanas, otro templo del cocido gallego. Allí pudimos ver los platazos que le tenían preparado a él y a su familia. Vamos, que se pusieron las botas.
A mí el cocido me gusta de muchas maneras. Es como con la tortilla. Hay debate. ¿Sois más de cocido con o sin pollo? Ahí lo dejo...
Lo que está claro que no puede faltarle a este plato es una buena carne de cerdo. Lo sabe bien nuestro queridísimo Ricardo Fernández, profesor de Cociña del CIFP Carlos Oroza, al que sigo muy atenta en redes sociales. En su cuenta de X (antes Twitter), Ricardo colgó un par de vídeos muy interesantes. Uno sobre el noble arte de limpiar y aprovechar una merluza. Y otro sobre la clase magistral que Macario Fariña, carnicero del Mercado de Abastos de Pontevedra, dio al alumnado del centro sobre cómo despiezar un cochino.
Yo me quedé maravillada. No sé cuánto pesaría el ejemplar, pero se ve que allí había carne suficiente como para alimentar a todo un regimiento. Macario, con su inconfundible gorro y su barbita, enseñó al estudiantado cómo coger un cuchillo y cómo meterle el diente (sentido figurado) a un cerdo.
Me encanta la pasión con la que Macario y Ricardo ejercen su profesión. Un trabajo tan callado como necesario. Del Carlos Oroza saldrán los cocineros del futuro, los que nos harán la boca agua cuando nos sentemos a la mesa de los restaurantes que dirijan o en los que trabajen.
Si el cocido y el amor por el buen hacer me hacen la boca agua, lo que también me poner muy contenta es leer a grandes profesionales de las letras. Me refiero en este caso a mi compañero del alma Manuel Jabois, que este fin de semana ha estado en Pontevedra presentando su nuevo libro Mirafiori. A pesar de que caían chuzos de punta, Jabois llenó el Museo. Hasta allí fueron políticos locales, la socialista Paloma Castro y el popular Guille Juncal, que hizo constar en sus redes sociales el cariño que le tiene al periodista y escritor sanxenxino.