Opinión

Jueves postbenitiño

Lores hablando con un vecino en la Romería de San Benito. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Lores hablando con un vecino en la Romería de San Benito. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Es una verdad universalmente reconocida que una devota cursará, el día 12, depresión postbenitiño; en ese punto, les reconozco, me encuentro mientras tecleo esto: las piernas cansadas, el ceño fruncido y triste, pero muy satisfecha con cómo transcurrió nuestro día de fiesta. La calle Lepanto, donde se ubica la redacción del Diario, tiene muy poco que ver con el verde de la ribera del río, el olor a carbón ardiendo en las barbacoas o el arrullo de las risas de los que esperan en la cola su turno para comer. No quisiera contagiarles mi desgana laborable, pero coincidirán conmigo que, ayer, todos los astros se alinearon a favor de la romería. De verdad, ¡cómo lo pasamos! Y recalco el pasamos, en plural; no me gustaría dejar fuera de la fiestas a personalidades como nuestro alcalde o la concelleira de Festas, Carme Dasilva. A mediodía, con los mejillones casi sin repartir, Lores paseaba por las mesas corridas: arriba, abajo, venga a hablar de comida. Así lo demuestran las fotos que publicó el Concello en Twitter.

Otra cara conocida que repetirá experiencia el año que viene será Luís Rei, que acabó siendo la envidia de los que aún no habíamos comido gracias a la tapa de pulpo que compartió con sus amigos. Sea como sea, y pese a los momentos de tensión vividos durante la espera, no cambio mis mejillones por nada, se lo aseguro. ¡Qué delicia, cada año mejor!

En ese punto de la jornada no pude evitar acordarme de mi querido James Rhodes, pianista de quien en más de una ocasión me he declarado tan enamorada como él asegura estarlo de Galicia. Desde su visita a Vigo, el pasado fin de semana, no ha dejado de twittear en gallego. ¡Cómo habría disfrutado de los gaiteiros, de la comida y de las ofrendas! Ay, James, venga el año que viene: fiesta y postbenitiño, verá qué malos son...

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