Opinión

Juramento con sello pontevedrés

Rafa Domínguez, en la fiesta de Samaín de la Finca Briz. DP
photo_camera Rafa Domínguez, en la fiesta de Samaín de la Finca Briz. DP

Sin duda el modelo de ciudad es uno de los fenómenos que ha colocado a Pontevedra en el mapa internacional, pero al margen de este éxito hay muchas otras cosas que ayudan a expandir la marca Rías Baixas fuera de sus fronteras. El ejemplo más reciente lo vivimos este martes en el juramento de la Constitución Española de la princesa Leonor. Según me cuenta un pajarito, en el almuerzo que se sirvió en el Palacio Real el banquete estuvo maridado por un albariño de Cambados de sacarse el sombrero. Se trata de As Voltas 2022, un morapio elaborado por Condes de Albarei que, bien seguro, contribuyó a que la cita fuese de lo más especial. Más todavía si uno escudriña la carta, porque los comensales tuvieron la oportunidad de degustar el caldo pontevedrés con consomé de pularda, salmonetes y mousse de chocolate con aceite de oliva, gelatina de brandy y sopa de cacahuetes. Un espectáculo. 

Igualmente es digna de mención la afición que ha despertado Samaín y su primo hermano Halloween en la ciudad del Lérez y en los concellos de alrededor. De ser una tradición minoritaria, ha pasado a cronificarse en la programación festiva y todo apunta a que la fiebre irá a más. Bastiones de niños salieron a las calles a rapiñar chucherías en portales y establecimientos, y la mayoría regresaron a sus casas con la saca llena. Por supuesto, las cuadrillas desfilaron ataviadas para la ocasión, con disfraces de quitar el hipo y sonrisas macabras. Y qué quieren que les diga, la tradición puede tener sus fans y detractores, pero ver cómo lo disfrutan los pequeños irradia luz sobre una de las convocatorias más oscuras del año.

Un año más la Finca de Briz fue uno de los epicentros festivos de la jornada y contó con la asistencia del presidente del PP de Pontevedra, Rafa Domínguez, que quiso comprobar in situ cómo la gozaba sus compañeras de filas, nuestra querida alcaldesa de Marín, María Ramallo, y la edila Marían Sanmartín. El popular publicó en redes una imagen de su paso por la fiesta y, aunque se le veía encantado, debo decir, con todo el cariño del mundo, que esta vez no acertó con el atuendo. Los vaqueros y la sudadera siempre son buena opción, pero esperamos que la próxima vez se moje como sus compañeras y nos sorprenda con un look terrorífico. Ahí dejo el reto.

Nuestro amado alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, también disfrutó como un enano de los actos programados en su concello, y no fue su única cita sangrienta. Como adelanté el martes, donó sangre para "compartir vida". Ahí queda la prueba: un gesto para replicar hasta el infinito.

Andrés Díaz, donando sangre. DP
Andrés Díaz, donando sangre. DP

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