Opinión

Kiko da Silva sí hay más que uno

Feijóo estampando su autógrafo en una foto de hace 12 años. P. FIGUEIRAS
photo_camera Feijóo estampando su autógrafo en una foto de hace 12 años. P. FIGUEIRAS

SE ACUERDAN de aquella canción que decía ‘Talismán, te busqué, tu recuerdo me quemó la piel’? La cantaban las Báccara hace taitantos años, allá como cuando yo era un poco más joven. Al lío, que ayer me vino esa cancioncita a la cabeza cuando me contaron lo que le pasó a Alberto Núñez Feijóo en Silleda. Resulta que el presidente de la Xunta (bueno, en este caso el candidato a la reelección) acudió a esta localidad en un acto de precampaña electoral. Y no lo digo porque el de Os Peares llegase más de 20 minutos tarde con mis pobres colegas de la prensa ‘papando’ el típico frío de la comarca de Deza mientras alguno de sus conselleiros lo esperaron a buen resguardo en una cafetería. Y es que, perdonen el inciso, esta humilde servidora se atreve a realizar una sugerencia pensando en la ciclogénesis electoral que se nos avecina: por favor, que cuando citen a la prensa para estos actos no sea en horario vespertino aderezado con impuntualidad, que a ver si nos vamos a coger un resfriado de esos que te suben una décimas y te sale un estornudo y después, claro, las mascarillas están agotadas y a ver qué hacemos.

Para eso, mucho mejor la propuesta de Verónica Pichel, alcaldesa de Forcarei, que participó en un acto con el candidato de la competencia, Gonzalo Caballero, convocado por la mañana y que, ojo, incluyó una invitación a café a la prensa mientras aguardaban por el protagonista.

A lo que iba. Que Feijóo llegó tarde al bar Maripepa en el que tenía programado el acto en Silleda, pero si hubo alguien que no se lo tuvo en cuenta fue una señora que apareció allí con una fotografía en al que aparecían ambos y que había sido tomada ¡hace 12 años! nada menos. La traía para que se la firmara, que la llevaba guardando todo ese tiempo esperando por el autógrafo. Feijóo no dudó ni un segundo en cumplir su deseo y, por supuesto, la invitó a hacerse otra fotografía igual, pues para algo le dio suerte y entonces ganó las elecciones. ¿Volverá a ser su talismán en esta nueva contienda electoral? El 5 de abril saldremos de dudas.

Y dudas parecen tener algunos también al confundir a nuestro querido Kiko da Silva con otro tocayo con el que apenas comparte algo más que su afinidad al BNG. Resulta que nuestro ilustrador afincado en Pontevedra, al que llamaron varios medios, no es el mismo Kiko da Silva que se encuentra en cuarentena en un hotel de Tenerife. El que está en la isla es el edil de As Pontes, a quien nuestro Kiko le manda muchos ánimos, porque entre la calima y el coronavirus, menudas vacaciones.

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