YO ME lo creo. Lo de que el desayuno es la comida más importante del día, digo que me lo creo. A mí no hay quién me quite mi café con leche, mi zumo natural, casi siempre de naranja, y mis tostadas de mantequilla con mermelada de fresa, que algunas veces cambio por galletas. Les confieso que creo que es uno de mis secretos para mantenerme joven. En eso me tienen que dar la razón: por mí no pasan los años. Estoy exactamente igual que el primer día que me senté frente al ordenador y empecé a escribir esta sección.
Es así. El caso es que por esta fe ciega que tengo en la importancia del desayuno estoy algo preocupadilla. Porque me han dicho que el alcalde casi no desayunó este miércoles. ¡Ay, Miguel, Miguel, pero si tu formación es precisamente la de médico! ¡Tienes que dar ejemplo!
Lores convocó a la prensa local en El Cafetín para someterse a un tercer grado antes de iniciar el curso. A su lado, dos fieles escuderos, los concelleiros Anabel Gulías y Demetrio Gómez. Tras una breve intervención, el alcalde se puso a disposición de los periodistas, que aprovecharon para preguntarle absolutamente de todo. Resultado: 50 minutos de preguntas y respuestas. Desayuno ingerido: un bocado de bizcocho mojado en el café y un trago de zumo. Malamente, como dice Rosalía en esa canción tan de moda. ¡Malamente, Miguel Anxo!
Y eso que me cuentan que allí había cafés, zumos naturales, bollería de distinto tipo y un espectacular bizcocho de chocolate con frutos secos.
Más cosas chulas sobre el alcalde: me han contado que, hace unos días, se cruzó con una visita guiada por la ciudad y el guía le pidió que se dirigiese a los turistas. Bueno es nuestro Lores para eso. ¡Por supuesto que lo hizo! ¡Y por supuesto que los conquistó! ¿Estamos ante el guía turístico definitivo o no?
