Opinión

Los otros tesoros de Santa Clara

Balones recogidos en el convento de Santa Clara. CONCELLO
photo_camera Balones recogidos en el convento de Santa Clara. CONCELLO

No hay bien más preciado para la niñez que un balón. Lo saben bien en el convento de Santa Clara, en el que han quedado atrapadas decenas de pelotas a lo largo de los últimos años. Algunas de ellas pertenecían a los chiquillos que jugaban dentro del cenobio, con permiso de las monjas clarisas, y otras muchas se perdieron con el tiempo tras los interminables partidos en la Praza de Barcelos. Balón que cruzaba el muro, balón que se perdía. Hasta ahora.

El Concello de Pontevedra busca a los propietarios legítimos de estos balones, en su mayoría para jugar al fútbol. Y lo hace a través de la cuenta de Twitter que informa sobre las novedades en Santa Clara, @santaclara_p. Este miércoles hizo pública una foto con todos los balones encontrados en los jardines y entre las paredes del conjunto monacal.

"A pesar das murallas tan altas do convento, moitas nenas e nenos quedaron sen as pelotas coas que xogaban na Praza de Barcelos ou fronte á igrexa. Ao ser un convento de clausura, moitos quedaron dentro para sempre, mais como di o refrán 'O que garda sempre ten'", comenta la cuenta oficial de Santa Clara. A continua ción, añade: "Estes días estamos a recibir noticia por redes dalgún visitante que lle pareceu recoñecer o seu prezado balón de cando era pequeno. Alguén máis?".

El que parece que podría ser el dueño de uno de estos tesoros del convento es el ilustrador pontevedrés Carlos Taboada. Así lo compartía en su cuenta en la red social Instagram. En ella explicaba que, tras una visita a Santa Clara, su hermana le envió la foto de una pelota. Estaba en el interior del edificio. Encima de una mesa. Estaba desgastada. "Non estou de todo certo, pero polas cores que aínda sobreviven ao desgaste penso que pode ser a miña", explica.

Taboada jugaba de niño en la Rúa Santa Clara. Lo hacía con sus amigos. Delante del convento, convirtiendo unas piedras en porterías. Pero aquellos juegos no gustaban a todos. De hecho, alguien, a quien se refiere como "un dos seres oscuros que moraban alí", le confiscó la pelota. Pues nada, Carlos, si el balón es tuyo, reclámalo y nos echamos una 'pachanguita' en Barcelos. Palabra de Clara Aldán.

Y sin salir de Santa Clara... Llevo días dándole vueltas a que el director de la fundación Placemaking Europe, Ramón Marrades, que la semana pasada participó en una conferencia sobre urbanismo con mi Lores en la iglesia de Santa Clara, me tiene una cara familiar. Y por fin me he dado cuenta de que Marrades y Baiuca parecen hermanos. No me lo nieguen. Comparen estas dos fotografías y juzguen ustedes mismos. Aunque Ramón es de Valencia y Alejandro Guillén Baiuca de Catoira, el parecido es más que razonable... Me estalla la cabeza.

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