Opinión

Salud de hierro para Pablo y Marta

Elsa Altragracia. BRAIS LORENZO
photo_camera Elsa Altragracia. BRAIS LORENZO

AYER LES HABLABA del concejal del PP Pablo Fernández como claro candidato a ganar el Gordo de la Lotería de Navidad haciendo chascarrillos con el refrán de novios mojados, novios afortunados. Pues bien, a Pablo y Marta Sineiro, que así se llama la esposa, no les ha tocado hoy un duro, así que auguramos para ellos una salud de hierro. La afirmación la hicimos después de que durante su boda, que tuvo lugar el sábado, regalasen una participación de lotería de cinco euros a cada uno de los invitados. El número coincidía con la fecha de su enlace, 21129. Ni una pedrea. Ni el reintegro. Los invitados a la ceremonia no se hicieron más ricos, pero sí se fueron a casa con muchas anécdotas y buenos recuerdos. Y es que si ven las redes sociales, la boda sigue dando mucho de qué hablar. ¡Ay, lo que me hubiese gustado haber estado allí!

Los que tampoco se llevaron nada en el sorteo de ayer fueron los que hicieron caso a la pitonisa Elsa Altagracia. La vidente de Xinzo tenía su apuesta para el sorteo de ayer y la hizo pública: el número 86098 ganaría el premio. Da la casualidad de que dicho número se vendía en Pontevedra y las administraciones empezaron a recibir peticiones para comprarlo. Ya saben, por si acaso. Sin embargo, algo debió de haber fallado porque el boleto señalado por Altagracia no ganó ni una pedrea. Elsa, como Pablo y Marta, gozará también de mucha salud, aunque puede que su carrera como pitonisa se vea afectada después del fracaso de ayer, porque en la Boa Vila la suerte del sorteo pasó de largo . Solo un pellizquito de un quinto premio.

Sea como sea, queridos lectores, las cosas bonitas de la vida trascienden cuestiones tan simples como el dinero. La felicidad está en cualquier parte y por eso hay que aprovecharla en vez de malgastar el tiempo pensando en la riqueza. Piensen en el ejemplo del músico vallisoletano residente en A Estrada, Carlos Barruso. Hace un año le detectaron un cáncer de páncreas terminal y le auguraron nueve meses de vida. Él decidió despedirse con un concierto en el Teatro Principal de la localidad en la que vivía.

Acompañado por decenas de músicos amigos que lo conocieron a lo largo de su carrera, se subió al escenario para despedirse como mejor sabía hacerlo. La cita se grabó en DVD para recordar al saxofonista feliz y entre amigos. Pues bien, justo nueve meses después de aquel concierto, Barruso falleció el sábado y ayer se despedía con un dixieland de sus seres queridos con una ceremonia en la intimidad y sin misas. Clara Aldán le envía desde aquí un recuerdo cariñoso y toda su admiración. Hasta siempre, Carlos.

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