Opinión

Ser rebeldes con causa

Luís Bará. GONZALO GARCÍA
photo_camera Luís Bará. GONZALO GARCÍA

LO SÉ. Sé que ustedes están igual que yo. Apesumbrados, con pocas ganas de comer, sin demasiado interés por la vida... ¿Qué me va a mover a mí ahora que sé que se me acabaron los miércoles de Fariña? Del capítulo de este miércoles casi mejor que no les digo nada, solo que tenía razón Carlos Sedes cuando dijo que era el mejor de la temporada y a la vista está que no mintió ni un poquito, porque la serie cumplió con creces. ¡Poco más y me quedo sin uñas! Ojalá haya una segunda temporada con la que podamos no solo disfrutar de esta ficción con sello gallego que ha demostrado al mundo que aquí hacemos cosas de altísimo nivel, sino también de la narración de una historia que es importantísimo conocer.

Pero bueno, aunque tenga la cabeza a medio fuelle por esta mezcla de emoción y tristeza, no puedo pasar por aquí sin pararme a felicitar a un parlamentario que es un rebelde con causa. Les hablo de Luís Bará, que el miércoles sopló las velas de su 53 cumpleaños. Lo hizo en el Parlamento y no crean que he sido yo la que he decidido por mi cuenta y riesgo decir que es un rebelde con causa. Esa definición se la pusieron sus compañeros de partido, aunque creo que es de lo más acertada. Fíjense que hasta empiezo a verle parecidos a nuestro parlamentario con James Dean...

Pero hay un cumpleaños que me tocó aún más de cerca. El de nuestro querido director, Miguel Ángel Rodríguez, que lo celebró con toda la Redacción trayendo dos cestas a rebosar de fruta que estaba para chuparse los dedos. No faltó de nada: piña, uvas, cerezas, plátanos... Había variedad y cantidad para aburrir. Una merendola apta para todos los estómagos que endulzó la tarde de trabajo en la calle Lepanto. Todo un chute de vitaminas, para que luego los periodistas tengamos fama de tomar solo café. ¡Muchísimas felicidades, Miguel!

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