Opinión

Sí se puede, César

Cargadita de felicitaciones vengo hoy. Cargadita. Y no crean que tiro yo para las filas socialistas, que todas cojeamos de un pie, pero yo aquí nunca dejo ver de cual, lo que pasa es que quiere el azar que ayer estuviesen de cumpleaños dos mujeres del socialismo en la comarca. Por un lado, me dice un pajarito que María Pierres sopló ayer 43 velas. Por el otro, me confirman también que Patricia Vilán estuvo ayer de celebración por el mismo motivo. O sea, que el socialismo está de fiesta. No quiero meter a nadie en un compromiso, pero supongo que algunos pastelitos entre los compañeros de filas caerán. Y, oigan, queridas, si tienen la amabilidad de invitar a Clara Aldán a la fiesta, yo me apunto sin dudarlo. Así que ahí lo dejo, que no sea por decirlo. Yo prometo llevar un poco de champán para brindar.

Pero no se crean que con esto acabo el capítulo de felicitaciones. Nada de eso. También ayer estuvo de cumpleaños el músico de los Black Stones Tino Domínguez. Lo que no puedo decirles es cuántas primaveras cumple, porque en Facebook no lo ha hecho público, ya sea porque prefiere no decirlo o por despiste.

Otro que sopla las velas es José Luiz Oubiña. Nuestro excompañero de fotografía está de cumpleaños hoy y aquí echaremos de menos darle un tirón de orejas. Desde aquí le deseo, en nombre de todos los compañeros, un día muy feliz. Al que le deseo felicidad y salud es a César Abal. El exconcejal popular está estos días haciendo el Camino de Santiago no sin esfuerzos. Hace unos días escribía en esta columna un mensaje de apoyo y hoy me reitero en los ánimos. Tú puedes, César. Sí se puede, que dirían sus rivales en la política. Parece ser que después de hacerse daño en un meñique, en la cuarta etapa del camino sufrió dolores en la espalda y el gemelo al tener sobrecargas en los músculos. En la lista de lesiones hay que incluir también una rodilla dolorida. Ya ven, el pobre hombre está hecho un trapo. Y, para más inri, ni siquiera puede dormir. Dice que la última noche se sintió "como escuchando la novena sinfonía de Beethoven en versión ronquidos". Un drama, queridos lectores.

Solo hay una buena noticia para César: que hoy hace la última etapa. Solo le quedan 20 kilómetros, una distancia que piensa aprovechar a pesar de los contratiempos. Porque para César lo importante no es llegar, sino el Camino en sí mismo. Yo le acompañaré en el sentimiento (la 'pateada' no me la voy a pegar). Eso sí, si le parece, querido César, le voy pidiendo cita en el fisioterapeuta para cuando vuelva. Yo creo que le va a hacer falta.