A mí el director me ha pedido que intente estar en todas partes para vivir la campaña intensamente. Os juro que aporto todas mis ganas de trabajar. Pero este calor me está matando. Aún así, el saltar de un lado a otro me está convirtiendo en la persona más informada de Pontevedra a la hora de ir a votar. Ya veré si os revelo mi papeleta. De momento, conformaos con mis cotilleos, que tampoco están mal. Por ejemplo, ya os digo que me fui a ver el mitin de Podemos en el Froebel por el morbo de escuchar a Pam. Sus polémicas en la tele me habían predispuesto y quizás por eso acabé un tanto defraudada. Porque me pareció más bien comedida. ¡Ella, que le basta una foto y quince explicaciones posteriores para revolucionar las redes... y el país entero!
Les decía que camino de mitin en mitin a punto de la extenuación, pero no tanto como el 600 de POAL. Ese sí que acabó en la UCI de un taller pontevedrés. Demasiados kilómetros y kilogramos para mover en tan poco tiempo y espacio. Dijo basta el coche de Petete y yo me solidarizo con sus bujías. A punto estoy de ingresar Los candidatos de Podemos, con Pam. DP yo también... pero en un spa.
Me pasé por el mitin de Manuel Torres en Tomeza. No había mucha gente, vi al candidato de Vox muy al día en las cuestiones municipales. Se nota que es funcionario. Otra cosa será su tirón electoral. Veremos.
Para tirones... musculares, los de Paloma Castro. La socialista suplió ayer al candidato, Iván Puentes, remando en piragua por el Lérez. No llegó a tiempo Puentes, cuyo coche también le dijo basta entre Pontevedra y Santiago, donde debatió para la radio antes de llamar a la grúa. Castro tuvo que lanzarse al río sin él y remar y remar. Todos los ojos se clavaron en la diputada, que a decir verdad lució estilo remando, por mucho que algunos criticasen su técnica.
Y termino con Rafa Domínguez (es un decir), porque lució corbata, y no suele, en la carpa del PP en A Peregrina. Y con zapatos. ¡Él! que debe tener en casa casi tantas deportivas como tacones tenía en su armario Imelda Marcos. Me confesó que fue su madre quien le recomendó «usar más zapatos». Y está haciendo caso a medias, porque dice que son sus pies los que le piden «más zapatilla ». ¿No les parece genial?
