Opinión

Un viernes de promesas

El de ayer fue un día de promesas y juramentos que a tierras pontevedresas nos tocó de lleno. De traje y corbata, tomó posesión como flamante director xeral de Gandaría, Agricultura e Industria Agroalimentaria el cerdedense José Balseiros, a quien quiero enviarle un cariñoso saludo y desearle toda la suerte del mundo en sus nuevas responsabilidades. Después de varios ofrecimientos para pisar los pasillos de San Caetano, el exalcalde de Cerdedo y ya exvicepresidente municipal de Cerdedo-Cotobade ha decidido esta vez decir "sí, quiero", aunque asegura que no se olvidará de sus vecinos. No lo pongo en duda, pero, me temo que, aún así, se le echará de menos.

Más informal a la hora de vestir, pero igual de comprometido, el lalinense Santi Castro prometió su cargo como nuevo edil de Compromiso por Lalín. Nada más levantar su mano del ejemplar de la Constitución sobre el que pronunció su, nunca mejor dicho, compromiso por trabajar por la localidad, se apuró a saludar, uno por uno, a sus compañeros de Corporación. También desde aquí le deseo lo mejor en la gestión del área de Deportes que asumirá. Dicen ya algunos que nada mejor que tener un bombero en el Pleno (él trabaja en el parque intercomarcal de Silleda) para "apagar" el fuego que, a veces, prende entre gobierno y oposición en sus acalorados debates. Por el momento, ayer no hizo falta que extendiese la manguera, pero, tiempo al tiempo…

Por cierto, tampoco quiero olvidarme de enviarle un abrazo a Tomás Vilariño, a quien Castro sustituye, y desearle una pronta recuperación. Me sumo, además, a las felicitaciones del BNG de Ponte Caldelas a su compañero Lito Muíños por su cumpleaños, por ser el concejal más veterano de la Corporación y por cumplir nada menos que 18 años como representante nacionalista. Vamos, todo un corredor de fondo.

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