Llámenle pereza o inconformismo, pero siempre tengo la sensación de que las vacaciones han encogido, que no es posible los días hayan pasado tan rápido desde que uno cierra el pestillo hasta que lo vuelve a abrir. Si me preguntan planes ideales, no me llegan diez párrafos, pero de forma muy resumida les puedo decir que en general me gusta exprimir el tiempo libre hasta que no quede gota. Playa, montaña, museos, comidas, salidas... En verano no se ponen filtros a los planes. Entre los recién incorporados al plantel de vacaciones les puedo decir que se encuentra el líder del PP local, Rafa Domínguez, que por cierto a tres semanas de clausurar agosto luce un moreno envidiable. El ‘popular’ colgó ayer mismo en redes sociales una fotografía con su mujer en un paraje de costa para anunciar que ha iniciado su período vacacional. Hasta ahí todo normal. Lo sorprendente es que apenas unos minutos después entró en redacción un aviso del PP convocando a los medios a una rueda de prensa del líder del partido local que tendrá lugar hoy, a media mañana, para tratar asuntos de actualidad municipal. Vaya por delante que esto denota el compromiso de Domínguez con la política local, pero discrepo (con todo el cariño) sobre el modo de iniciar vacaciones. Ya les contaré qué nos ha contado.
Cambiando de tercio. Otro de los chascarrillos del día tuvo lugar en Marín. La presidenta de la Deputación de Pontevedra, Carmela Silva, se acercó por la mañana a la villa marinense para inaugurar una calle y nada más llegar, tanto la alcaldesa, María Ramallo, como otros miembros de la Corporación de Marín le dijeron que estaba muy morena. La socialista sonrió, pero no sin antes aclarar que ese tono tostado se ha labrado más cerca del asfalto que de la arena porque, según dijo, este año fue "pocos días" a tomar el sol. Tras la primera toma de contacto llegaron las intervenciones, para las que se recurrió a un micro de pie. Primero habló Silva, pero cuando le tocó intervenir a Ramallo tuvieron que subir el micro . La socialista le dijo cariñosamente a la popular que ya no sabía qué hacer para presumir que era más alta que ella, momento en el que la alcaldesa replicó para dejar claro que aquella diferencia de altura era más de los tacones que de otra cosa. El breve diálogo generó alguna carcajada, pero siempre desde el humor más sano, el que se hace con respeto. Por cierto, a ver si tenemos suerte y la presidenta nos hace llegar dónde se ha adjudicado el look de la visita, porque ha causado furor en la redacción. Súper favorecedor. Para copiar de arriba abajo.
