QUE NO, que todavía no es Navidad. Que aún tenemos que celebrar el Samaín, unos cuantos magostos, el San Martiño e incluso Acción de Gracias, si me apuran, con el Black Friday, para meternos de lleno en el consumismo de nuestras fiestas favoritas. No es Navidad, pero tampoco podemos despistarnos con la carta para Papá Noel y los Reyes Magos, que ya saben que no se puede dejar todo para el último día.
Mi titular de hoy no tiene que ver con el famoso turrón, porque hay quien vuelve a casa aunque solo sea el fin de semana. Porque estar en Madrid de lunes a viernes agota a cualquiera. Y si no que se lo digan a la presidenta del Congreso, mi estimada Ana Pastor. No les cuento nada nuevo si leyeron el estupendo reportaje que mi colega Rodrigo Cota (ánimo con esa dieta, compañeiro) publicó en este periódico. Qué mujer. El caso es que Ana, como ya les conté más de una vez, no pierde la ocasión de venir el fin de semana a Pontevedra, al igual que otra diputada pontevedresa, en este caso de Podemos. Pam Rodríguez (permíteme que te llame así, Ángela), disfrutó de una velada en su ciudad la noche del sábado, que daba gusto estar en la calle con estas temperaturas casi veraniegas.
A Pastor no la vi, pero sí coincidió con una expedición pontevedresa el viernes en Oviedo, ya que medio centenar de profes y alulmnos del Carlos Oroza participaron en la elaboración del bufé para los galardonados con los premios Princesa de Asturias. Allí coincidieron no solo con ella, siempre tan atenta, sino también con Martin Scorsese o los reyes de España. No me voy sin felicitar a las Salomé, que celebran hoy su santo, como la profesora y política Salomé Álvarez; la presidenta de la bodega Viña Moraima, Salomé Cancela; la diputada Salomé Peña o la Salomé de Chayanne.
