Opinión

Disertación sobre el siglo XXI

EN LOS albores de la segunda década del siglo XXI la humanidad se encuentra en una fase decisiva en su evolución histórica como especie. Debe reflexionar primero y después decidir si utiliza la tecnología como medio para un fin superior basado en los derechos humanos o simplemente como un fin en si mismo. Las personas pasan. El planeta permanece. Millones han vivido en este mundo. Millones yacen sobre la tierra. A lo largo de los siglos la injusticia, el dolor, el hambre, la pobreza, la violencia y la esclavitud en todas sus formas han imperado, si bien, no prevalecido. Las personas son capaces de las peores atrocidades pero también son portadoras y creadoras de grandes valores, obras de arte, canciones, epopeyas, desarrollo civilizador, amor solidario, voluntad de superación y belleza. Si algo nos diferencia del resto de los animales que pueblan el planeta, es que el ser humano, ha desarrollado dos concepciones mentales a lo largo de las épocas. La abstracción y la metafísica. El pensamiento abstracto generó los conceptos y de esta psique surgieron la ética y la moral, diferenciando lo que es bueno de lo malo. La metafísica creó el pensamiento trascendente, basado en la intuición. Sobre esta trascendencia humana se fue conformando una voluntad individual y colectiva creadora, curiosa, imaginativa y con afán de superación, que se ejemplifica en el evidente desarrollo científico y tecnológico que abarca desde el paleolítico hasta nuestros días, desde el descubrimiento de la rueda hasta el descubrimiento de Internet. Pero, ¿Existe alguna diferencia entre el primer Neandertal que con sus robustos brazos elevó una pesada piedra en el aire y con los ojos inyectados en sangre golpeó la cabeza de su víctima hasta matarla produciéndole una herida mortal en el cráneo hace miles de años en comparación con un experto en telecomunicaciones e informática que desde un despacho en Washington con gafas de pasta y corbata dirige un Dron capaz de enviar un misil devastador quemando una aldea entera donde un niños juegan fútbol en pleno Siglo XXI? La diferencia reside, únicamente, en el uso de esa tecnología. La misma piedra afilada y esculpida que sirvió para matar sirvió para construir catedrales, puentes, elevar ciudades, escuelas, hospitales. La tecnología actual que sirve para destruir países o controlar las mentes de las personas también es capaz de alcanzar los confines del sistema solar con un ojo digital que nos envía fotografías de esferas celestes que habitan el umbral del cosmos o nos ayuda a encontrar vacunas para enfermedades pandémicas invisibles. El Homo Sapiens se encuentra ante una fase decisiva en su evolución histórica porque desde 1990 está dando un salto cualitativo con el desarrollo de la tecnología. Durante este siglo XXI ese avance será total, con un dominio jamás visto sobre las comunicaciones que afectará a la percepción de la realidad, las relaciones sociales, los aprendizajes, la educación y el mundo del trabajo. Es en esta fase donde el ser humano debe, mediante un Tratado Internacional, vincular la tecnología con el desarrollo sostenible, los derechos humanos y los seres que habitan nuestro ecosistema mundo para superar las modernas formas de esclavitud, la injusticia, la pobreza y la violencia, dotando al avance tecnológico de la ética y la moral positivas para lograr un mundo mejor para todos.

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