Opinión

El odio en las redes sociales

EL ODIO siempre ha existido desde el principio de los tiempos y desde que el ser humano vivía en las cavernas, porque es consustancial a la naturaleza humana. Los ingredientes fundamentales para que prenda la chispa del odio y avive su fuego son el miedo y la ignorancia. A través de los siglos y gracias a la educación la llama del odio se ha ido mitigando pero no erradicado.

Solo han pasado 75 años desde la liberación del campo de exterminio alemán de Auschwitz, la imagen icónica del odio durante el siglo XX. Cuando la semilla del odio se siembra, tarda décadas en brotar la mala hierba. Ya durante los años veinte en Alemania las encuestas señalaban una profunda aversión y xenofobia por parte de la sociedad alemana hacia la comunidad judía. El partido nazi, únicamente instrumentalizó políticamente la enfermedad que ya estaba inoculada en la sociedad.

El problema que tenemos hoy en día es el odio en las redes sociales y sobre todo, los discursos de odio que afectan a la población con un rango de edad de entre los 14 y los 20 años

Seguimos viviendo tiempos de odio. Odio hacia los musulmanes, odio a las mujeres feministas, odio hacia los gitanos, odio de los catalanes hacia los españoles y odio de los españoles hacia los catalanes, odio de los ingleses, polacos, italianos, griegos, españoles y de media Europa hacia los inmigrantes, odio entre israelitas y palestinos, un odio al fin y al cabo que sigue latente en nuestras sociedades. Pero existe un odio más sutil producto de la revolución tecnológica y que se expande como una llamarada en todas las direcciones que es el odio en las redes sociales y concretamente, los delitos de odio.

Según el código penal el delito de odio es una categoría de conductas que presentan como factor significativo y común la presencia de un elemento motivador. El odio y la discriminación son aquellos incidentes que están dirigidos contra una persona motivados por un prejuicio basado en la discapacidad, la raza, el origen étnico o país de procedencia, la religión o las creencias, la orientación e identidad sexual, la situación de exclusión social o cualquier otra circunstancia o condición social o personal. Cualquier persona puede ser víctima de un delito de odio, con independencia de que pertenezca al grupo al que va dirigida la hostilidad o prejuicio.

El problema que tenemos hoy en día es el odio en las redes sociales y sobre todo, los discursos de odio que afectan a la población con un rango de edad de entre los 14 y los 20 años. Ese período de la vida llamado adolescencia donde todavía no tenemos configurada nuestra personalidad completa ni nuestras capacidades para afrontar psicológicamente los avatares de la vida, es donde está la población más vulnerable.

Antes, el acoso escolar se realizaba en la puerta del colegio, ahora se realiza a través de los teléfonos móviles. Cuando con 14 años (o desgraciadamente antes) el adolescente tiene un móvil, comienza a entrar en grupos de whatsapp o redes sociales del colegio, de las clases, del equipo deportivo, o cualquier grupo en Internet, porque ahora tenemos dos identidades, la identidad real y la que proyectamos, la identidad virtual. Y es ahí donde el adolescente puede comenzar a ser víctima de delitos de odio sufriendo insultos, burlas y acoso a través de sus redes sociales en forma de comentarios, imágenes o videos que pueden ser vistos y compartidos por cientos de personas de su entorno más próximo. Un acoso escolar en plena adolescencia que lo margina y lo lleva a sumirse en una profunda depresión la mayoría de las veces vivida en silencio mientras sus familias ignoran por completo esta situación. Quienes realizan estas acciones antes se escondían detrás de la pandilla y ahora se esconden cobardemente detrás de una pantalla.

Cada vez son mayores los delitos de odio en redes sociales registrados por la policía y cada vez son más altas las tasas de suicidio en España. Es la principal causa de muerte en nuestro país. Cada día se suicidan diez personas y esta tasa de muertes se está elevando también en la población más joven. Así que si algún padre o madre, o tío o abuelo lee esto, o algún adolescente ve que ha sufrido o sufre burlas, acoso u humillaciones en las redes sociales que sepas que existe un delito tipificado como tal. Puedes y debes denunciarlo. Por lo demás, muchas organizaciones están trabajando ya desde la educación secundaria para formar en la prevención de este tipo de discursos constitutivos de delito. Erradicar el odio desde la educación es el objetivo, pero para erradicar el odio en las escuelas primero hay que erradicarlo en casa.

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