Opinión

Geografía del agua invernal

BÓVEDA GRIS. Nubes plomo. Tierra inerme. Barro baldío. Viento. Ventisca. Vendaval. Sopla huracanado el tiempo sobre el musgo pétreo del invierno ancestral. Desayunamos lluvia.  Lluvia insolente. Lluvia monótona. Humillante. Tediosa. vacua. El calendario un rosario, un credo, un nada, una pastoral. Galicia parroquial. Letanía, triste funeral. Anhelar fuente solar, allá donde los rayos rieguen luz y el cielo azul sea verdad, ¿Mediterráneo?, quizás. No esta quimera en vana espera, lenta agonía enclaustrada, convento de las ideas, patria del resentimiento, pensión de la humedad. Habrá que buscar la inspiración en las huellas cotidianas, como perro en flor, como lupa dactilar. La lluvia es música. Las gotas teclean su sinfonía en la ventana. Notas de un piano que dibuja un pentagrama sobre la superficie del cristal. Cada casa es trinchera y los libros munición. Si bombardean con desidia dispara con poesía. Si estalla la metralla responde en tu atalaya adjetivando con un canto al temporal. Y si el frío sobreviene y el invierno es un infierno envíale una oda, dorada, sonora que se alce en toda sombra alumbrando con un verso una verdad. Resisto, con el batallón que puebla la estantería.  Comparto  sopa  y vino añejo con soldados de otro tiempo.  Poetas,  camaradas, compañeras, compañeros. Adonis, Marco Aurelio, Cortázar, Yourcenar. Pero basta de poesía y venga ya la prosa que pincha en rama como rosa temblorosa y vuela lenta como flecha que se clava en la diana del alma sin tregua, sin calma. El calendario es un racimo, caen las uvas de los días. Pronto llegará la primavera y el astro amarillo secará el llanto de las nubes. De la tierra brotarán mil flores y el arco iris de colores poblará la geografía. Solo habrá que respirar el alba que perfuma la mañana. Aire inmenso y profundo. Dulce elixir que la brisa eleva. Oxígeno de caramelo. Textura de algodón. Burbujas transparentes. Narcótico del corazón. Caminaremos por los campos sembrados por el trigo y la esperanza. Sobre un arrollo nos detendremos a beber la transparencia del agua. La misma que hoy se acumula en el cuenco del alma. Y comparto este fragmento como comparto el pan. Lo ofrezco. Al quimérico hambriento. A la bruja musa tejedora. Y quien no lo entienda que lo queme al fuego lento o lo rompa sobre el hielo o contra el viento. Que más da. Solo es palabra en el tiempo.

Comentarios