Opinión

Psicosis colectiva global

LO PRIMERO que debe hacer usted frente al riesgo de contraer esta enfermedad es apagar la televisión, evitar leer las noticias y realizar vida normal. Escuche música clásica, cocine una pasta al pesto, salga a pasear, observe los primeros brotes de la primavera, juegue con su perro en el parque, váyase a la playa a oler el mar y disfrute de un vino blanco mientras saborea una tostada de pan con aceite de oliva. El coronavirus es una enfermedad mediática y se cuela en todas las pantallas de todos los dispositivos móviles del mundo. Teléfonos, ordenadores, televisiones y medios de comunicación. La alarma social no la causa esta gripe estacional. La paranoia colectiva la causa la OMS, Organización Mundial de la Salud, organismo gestionado por tecnócratas provenientes de los grupos de interés farmacéuticos internacionales. La psicosis colectiva la provocan gobiernos como el italiano, que en un ensayo de control sociológico sin precedentes pone en cuarentena a millones de personas en un ejercicio de supresión de libertad de movimiento que ni las dictaduras totalitarias fueron capaces de ejecutar durante el siglo XX. El miedo lo inyectan algunos medios de comunicación, que ven incrementar su negocio a través de la difusión de la presunta pandemia y por supuesto, quienes se benefician de todo este negocio, son las casas de apuestas globales, es decir, los fondos de inversión y los fondos buitre, distribuidos por todo el planeta en paraísos fiscales, cuyas ganancias son proporcionales al miedo generalizado. Cuanto más miedo, mayores apuestas realizan los brókers de las finanzas con sus portátiles a distancia. Estos fondos de inversión apuestan por aquellas empresas farmacéuticas que cotizan al alza o por aquellos sectores económicos que se benefician del caos. Nada nuevo bajo el sol. Las empresas farmacéuticas son las que dominan el mundo, porque dominan la salud de toda la humanidad. Todos los ciudadanos y estados del planeta les pagamos cientos de miles de billones de euros anualmente para adquirir los medicamentos que nos suministran. Hace años, en Israel, mientras íbamos en autobús rumbo a Galilea, un judío de origen uruguayo residente en Haifa me comentó que el estado de Israel sabe que para dominar el planeta ya no es necesaria la potencia militar. Basta con controlar la medicina mundial. Y es por eso que el estado de Israel potencia las carreras en medicina y en investigación farmacéutica, porque saben, que el poder reside en dominar la salud de la humanidad y la cadena de suministros de sus medicamentos. Lo siento, pero no me creo nada. No es la primera alarma social por virus global, ni será la primera pandemia mediática que nos intenten colar. Todos los años mueren miles de personas a causa de diferentes tipos de enfermedades, todos los años muere gente a causa de neumonías o complicaciones derivadas de la gripe y lo que es más escandaloso, vergonzoso e indignante, es que diariamente mueren millones de personas en todo el mundo, incluidos niños, por enfermedades que tienen vacuna, pero mueren igualmente porque no pueden pagarla. Así que esto es, una vez más, un negocio. Como en las películas de suspense, si quieres saber quién es el delincuente, sigue el rastro del dinero. Cuales son las empresas o grupos de inversión que se están beneficiando con ingresos multimillonarios gracias a esta enfermedad mediática, quienes son sus accionistas, que conexiones existen entre sus accionistas, la OMS, los gobiernos, empresas, políticos corruptos y grupos mediáticos interesados en propagar, extender y enfermar mentalmente a la población mundial con alarmas sociales usando la mayor arma de destrucción masiva que existe: la desinformación y el miedo. Vivimos con un virus informativo mental, otro ensayo más de control social a través del miedo global, mientras las acciones de algunas empresas farmacéuticas incrementan sus beneficios en el mil por cien. Tenemos que interpretar críticamente la realidad, contrastar la información, investigar, averiguar y sobre todo mantener nuestra libertad de acción y pensamiento contra el miedo mediático porque nos están usando como cobayas de una novela digna de haber sido escrita por Aldous Huxley o George Orwell. Las próximas generaciones nos estudiarán en el futuro y sus tesis versarán sobre la influencia del miedo en el control de las sociedades de principios del siglo XXI, reinventando los arquetipos de Jung y las tesis de Sigmund Freud en Psicología Social.

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