Opinión

La vacuna la tiene Séneca

Cordobés y vegetariano, el pensamiento de Lucio Anneo Séneca más que una filosofía es una atmósfera que se respira. Una savia diluida en el pensamiento popular. Toda su obra se podría resumir en la siguiente frase: al mal tiempo, buena cara. Si creemos como Séneca en la Providencia como la energía inmaterial que impulsa y orienta las acciones humanas a lo largo de la historia y sin la cual todo sería un caos absurdo, ya que es evidente que desde el paleolítico hasta el siglo XXI nuestra acción en el mundo se explica como la constante superación de las dificultades para la construcción de una sociedad global basada en valores éticos y criterios morales universales comúnmente compartidos y aceptados como necesarios y buenos para todos, como por ejemplo, los Derechos Humanos, nos daremos cuenta entonces que cada problema existe para ser resuelto, cada avatar del destino, cada enfermedad, cada pérdida de un ser querido, la falta de empleo, las guerras, el hambre o la desesperación surgen como retos para ser trascendidos. La historia es una acción que progresa hacia la libertad social y espiritual. Séneca en sus libros diserta sobre cuestiones que atormentaban a sus contemporáneos, las mismas preguntas que nos realizamos nosotros en la actualidad. En su libro sobre la Providencia, Séneca pronuncia la siguiente frase citando a su amigo Demetrio de la escuela Cínica: "Nadie me parece mas desdichado que aquel a quién jamás le sucedió nada adverso". Todo lo que nos acontece es para ponernos a prueba y es precisamente a los grandes hombres y a los justos contra quiénes el destino depara grandes dificultades. Así como un árbol que crece plácidamente sobre un campo en calma se derrumba al primer temporal, aquellas raíces acostumbradas a los vaivenes del viento no se quiebran, prevalecen. Así ocurre con los seres humanos. Son sometidos a pruebas cada vez mas duras para que se superen así mismos volviéndose más audaces y sabios hasta que llegue el momento de cruzar hacia la otra orilla del río de la vida, el viaje para el cual nos llevamos preparando desde el nacimiento. No te preguntes POR QUÉ el destino te sitúa ante un problema, reto o adversidad. Pregúntate PARA QUÉ. Transformando la pregunta obtienes la respuesta.

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