Opinión

Lo que verdaderamente importa

LO QUE importa es que nuestros impuestos, fundamento de la solidaridad, se distribuyan de la manera más eficiente y con la máxima equidad para cubrir las necesidades colectivas. Lo que importa es que tengamos una educación transformadora para nuestros hijos, orientada a potenciar sus habilidades cognitivas, sociales, emocionales y capacitarlos para afrontar el mercado laboral del futuro y los vaivenes de la vida. Lo que importa es que los ingresos a final de mes sean suficientes para cubrir las necesidades básicas. Lo que importa es que todos, independientemente de donde vivamos, tengamos los mismos derechos y las mismas libertades. Lo que importa es que los jóvenes puedan acceder a puestos de trabajo con contratos estables y condiciones económicas dignas y sus jefes sean respetuosos y motivadores con ellos. Lo que importa es que la administración facilite el emprendimiento para toda aquella persona que decida poner en marcha un proyecto personal o colectivo, sin trabas burocráticas, sin tasas, sin impuestos, sin piedras en el camino. Lo que importa es que nuestros impuestos sirvan para fortalecer las escuelas, modernizarlas, dotar al sistema sanitario de la mejor tecnología y asegurar que los profesionales que trabajan en los hospitales, auténticos héroes cotidianos, tengan las mejores condiciones laborales. Lo que importa es que podamos pagar el recibo de la luz y la calefacción durante este invierno, que su precio sea justo y que el estado vele y controle el mercado para que su funcionamiento sea libre pero no especulativo. Lo que importa es que de una vez por todas se regulen los precios del alquiler y las hipotecas, para que la vivienda deje de ser un negocio o un lujo y se convierta en un derecho. Lo que importa es que se invierta en sanidad, en investigación de enfermedades minoritarias, en investigación de enfermedades que afectan a gran parte de la población como el Alzheimer o cualquier tipo de demencia. Lo que importa es que cuidemos a los cuidadores, que el estado facilite todas las ayudas posibles para que su calidad y medios de vida sean los mejores. Lo que importa es que supriman de la cadena de producción alimentaria cualquier tipo de compuesto químico cancerígeno porque nos están envenenando. Lo que importa es que tengamos unos medios de información que nos informen, porque solo con información veraz se puede pensar libremente y elegir en democracia. Lo que importa es la unión entre las personas, hayas nacido donde hayas nacido, hables la lengua que hables y pienses lo que pienses. Lo que importa es la cultura y que todo el mundo tenga acceso a ella. Lo que importa es cuidar el medio ambiente y la naturaleza de la que formamos parte. Pero sobre todo, lo que mas importa es el respeto. Respeto en las escuelas, para que los niños y los jóvenes comprendan que la burla o el insulto a un compañero es una falta absoluta de educación básica. Reza la máxima, no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti. Respeto en las familias, porque gritar o levantar la voz no otorga más razón sino todo lo contrario, un pésimo ejemplo. Respeto en los centros de trabajo, entre los compañeros y entre los jefes con los empleados, porque unos aportan salario y otros su tiempo de vida en un proyecto común que se llama empresa. Respeto con los mayores, con las profesoras, con los peatones, con los amigos, con los desconocidos. Respeto al fin y al cabo por uno mismo, porque no podemos demandarle a los partidos o a la administración aquello de lo que nosotros mismos carecemos. Y de todo esto no se hablo en el debate a la presidencia del gobierno, no se hablo de la pregunta más importante: ¿Que vamos a hacer para mejorar la calidad de vida de las personas? Como la clase política no ofrece respuestas claras tendremos que encontrar entre todos nosotros las soluciones, en nuestro día a día, entre familiares, amigos, vecinos, en cada pueblo, en cada ciudad, en cada barrio. Y ayudarnos los unos a los otros en lo que verdaderamente importa.

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