Opinión

La noche de las 'broken glasses'

AYER POR la mañana dejé a medio acabar un artículo sobre cómo la campaña electoral había desplazado el espíritu navideño para apoderarse del frenético sinsentido de estas fechas, cambiando los christmas por papeletas, de cómo los vídeos de gatos cantando villancicos con voz de pito han sido sustituidos por posts de ocurrente propaganda y otras observaciones por el estilo.

Me las veía muy felices. Acabaría la jornada laboral y luego me tomaría unos quince o veinte minutos para escribir un par de párrafos más y echarle un repaso sin prisas al texto, pero a eso de las siete y siete de la tarde un conciso whatsapp irrumpía en el grupo de Diario de Pontevedra. Especificaba “agresión a Mariano”. Ahí se echaron por tierra los planes de sosegada escritura nocturna. La noche para el equipo del digital iba a estar estar reservada bajo los halógenos de la redacción y el artículo anterior quedaba totalmente obsoleto. Ya no solo era que la agresión había tenido lugar en Pontevedra, sino porque además éramos los únicos que teníamos el vídeo.

Así lo adelantamos en las redes sociales y la expectación de medios de todo el mundo se erizó ante un tuit de un medio local como el nuestro. No es que hablemos muy a menudo con Antena 3 o RTVE, que llamen dos medios de esa magnitud el mismo día es algo raro aquí, que lo hagan más de dos es una situación excepcional, pero susurrar las siglas BBC a un compañero mientras tienes a este medio al aparato y que éste te responda tapando la boquilla del auricular siseando “Russia Today”, cuando hasta ayer era algo inimaginable.

Pudimos haber vendido el vídeo. El motivo de la mayoría de esas llamadas era precisamente comprarlo, pero preferimos darlo en abierto en el canal de Youtube  sin más requisitos que el que nos citaran, algo difícil de eludir dado que el vídeo iba con marca de agua. Aún así hubo un par de diarios de influencia mediana que debieron entender que sería algo indigno compartir en sus webs un documento que citase a Diario de Pontevedra y consiguieron arreglárselas para eludir todo indicio que dejase intuir la fuente. No obstante, a los medios grandes, no les importó pagar el amable precio de citarnos.

A partir de ahí podemos encontrar el vídeo bajo gran parte de las cabeceras de la prensa europea y mundial. Lo que pasó en Pontevedra se transcribe a la prensa internacional con frases como “teen punches Spanish first minister on his face leaving the stunned leader with broken glasses”, lo que sería un buen resumen de la noticia. Fuera no es que les importe mucho si era aficionado del equipo de fútbol local, si llevaba consigo propaganda de uno u otro partido –como cualquier otro viandante en estos días– o si A.V.F. ya había escrito con anterioridad en su twitter alarmantes faltas de ortografía en forma de amenaza. Eso solo es de interés para los países que estamos en campaña y que, como en el nuestro, los candidatos se han estado esforzando durante semanas en adoptar ridículas conductas que les hagan hasta parecer, si es posible, simpáticos, y si son víctimas, pues mucho mejor.

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